domingo, 29 de mayo de 2011

El hombre gris

Juan García nunca se vestía con colores estridentes, cuidaba su peso – ni gordo ni flaco -, medía las palabras para que no resultaran agresivas o pretenciosas, ni siquiera chistosas. Nunca levantaba el tono de voz. Llegaba a tiempo a su trabajo en el bar y atendía a los clientes con diligencia pero sin excederse en amabilidades. Escuchaba las confesiones de los borrachos, que no tenían reparo en mostrar sus miserias frente a ese hombre que mañana olvidarían, su boca jamás mencionó el nombre de aquellas damas que esperaban en el reservado a sus amantes, ni sus ojos se posaban en los sobres cerrados que circulaban por las mesas de los hombres de negocio.

Ciego, sordo y mudo a cambio de un sueldo miserable y escasas propinas.

Sólo el retiro que planificó durante años lo alentaba a perfeccionar el arte de pasar desapercibido, mientras anotaba el pedido y otros datos en una libretita gris.

38 comentarios:

  1. Y finalmente se retiró sin haber hecho.....NADA.
    Muy bueno Malena. Buena vuelta. Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Hay tantos hombres grises.

    Y hombres cemento que se amurallan para no sentir.

    Esos "otros datos" me parecen interesantes.

    ResponderEliminar
  3. En la libretita tal vez esté el estallido ¿no? La crónica del vértigo, la inquietud, el miedo al alambre sobre el abismo. Pero es razonable que no esté al alcance de nuestra mirada. García es un hombre gris, como vos nos informas, y eso es definitivo.

    ResponderEliminar
  4. Pasar desapercibido es un arte, muchas veces involuntario, otras no. Pero en estos tiempos de exhibicionismo total, para mí es un acto revolucionario. El otro día me metí a comer algo y de verdad que no tenía hambre, así que me dediqué a no llamar al mozo, agachar la vista en un libro y esperar. 35 minutos más tarde tuve que llamarlo porque ya no me quedaba tiempo. Pero logré mi cometido. Juan García debe aspirar a no ser conocido. Necesariamente. Te lo digo yo que soy Suárez.
    Buen regreso!

    ResponderEliminar
  5. Toda la vida camuflado.
    Transparente.
    Invisible.

    Quizás mejor.
    Más paz.

    Besos.

    ResponderEliminar
  6. La ventaja de llamarse Nadie (o Juan García)nos permite adentrarnos en el territorio de la Nada con el equipaje vacío.

    Cosas de la barra, ¿no, Malena?

    Miguel Cobo

    ResponderEliminar
  7. Igual tenía una exuberante vida interior, porque si no, qué tristeza.


    besos.

    ResponderEliminar
  8. Me pareció estar leyendo a Benedetti.
    Un abrazo muy fuerte,
    PABLO GONZ

    ResponderEliminar
  9. Hay una conexión especial en este mundo/blog. Vengo de leer algo así como ser hombre invisible y yo quiero escribir sobre mi no-lugar en mi propia casa, un desterramiento.
    Quiero el método de Juan García/invisible. Servirá para atravesar océanos?

    ResponderEliminar
  10. Me encante eso de 'otros datos' cambia por completo el sentido del micro y abre un interrogante.

    P.D.: tu cartel de 'Ausente con aviso', impagable

    Besos!

    ResponderEliminar
  11. tal vez el icono de un tiempo donde conviene el desbrillo del gris ante las apetencias de los qué se adueñaron de la verdad, y se sienten la verdad revelada, como esa dama que elige un estatua como corresponde a una abeja reina, besos

    ResponderEliminar
  12. el hombre de traje gris saca un sucio calendario del bolsillo y grita quién me ha robado el mes de abril...lo guardaba en el cajón, donde guardo el...

    Inevitablemente me vino Sabinazo!!!
    Salud

    ResponderEliminar
  13. Del gris al negro hay un paso.

    Buen post.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  14. quizá no era tan gris, quizá miraba sin ver. oía sin oir. encerrado en sus propios pensamientos.de como salir de esa rutina diaria. de mostrador. que esa sí era apagada y gris. y entre las otras cosas de su libretita escribía cuantos dias le faltaban para con su retiro. liberarse por fin. y dar rienda suelta a todo lo que antes no podía decir ni hacer

    ResponderEliminar
  15. Lo de pasar desapercibido lleva su trabajo, hay que aguantárselas en ocasiones, saber callar, tragarse opiniones, toda una forma de vida, habría que ver esa libretita donde llevaba sus anotaciones, qué diría allí si es que decía algo.
    A mi las personas medio invisibles son las que mas me llaman la atención ;)

    Me alegro con tu regreso, quiere decir que estás mejor y no sé si te enteraste, pero me emocionó mucho un comentario que dejaste por allí en Perras sobre mi vieja y la tuya, qué cosas no?
    Besos.

    ResponderEliminar
  16. Ser gris ex profeso me parece inteligente, capitalizarlo sólo para el futuro, no tanto. Me encanta el relato y la posibilidad de que cada lector pueda continuarlo. Abrazos.

    ResponderEliminar
  17. mmmm "otros datos" dan para una parte dos no?


    Me gusto.

    Besos

    ResponderEliminar
  18. Personalmente pienso que los hombres grises , ocultan bajo su traje un abanico de colores, que utilizará solo en el momento justo...
    Tal vez por eso anota esos datos.. hmmm sospechoso cuanto menos...

    Me gustó mucho la entrada.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  19. Del toro manso me libre Dios, que del bravo me libro yo.

    ResponderEliminar
  20. Uh, está lleno de estos, pero bueno, es un modo de supervivencia. Ojo que no es tan fácil ser así, eh, tenés que tener el mate dividido en dos.
    bueno hay que ver para que usaba después todo lo que veía y oía, capaz que el suelducho justificaba la pena.
    Escribí más, Malena, dale, escribí!!!

    ResponderEliminar
  21. Conozco a muchos de esos hombres! Lo gracioso es que mientras quieren pasar desapercibidos, son cuando más llaman mi atención!

    ResponderEliminar
  22. Este sí que le puso valor agregado a su servicio.Un hombre de bien.
    http://enfugayremolino.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  23. Hay que saber hacer las cosas para que nadie se de cuenta que estamos ahí para que cuando no estemos se note, mucho, la diferencia...

    Saludos

    J.

    ResponderEliminar
  24. Pues de esa madera están hechos también los buenos espías y agentes dobles, si Le Carré no me miente (... y me deja Ud. con la intriga de qué otros datos anotaría en su libreta el bueno de Juan García.)

    Saludos.

    ResponderEliminar
  25. Dany:
    Lo que lo salvaba del gris irremediable era la posibilidad de hacer algo. Probablemente no hiciera nada.

    Guille:
    O para que no los lastimen. Pero se convierten de piedra y eso no es bueno.

    F:
    La libretita, a pesar de ser gris, era el toque de color en la vida de García.

    Marcelo:
    Pasar desapercibidos es un arte. Hay que saber caminar por una línea muy fina. La ventaja para los artistas es que hay mucha gente que no quiere ver. Pero Suarez, usted no me engaña. ¿Desapercibido? Vamos!

    Toro:
    El precio de la paz puede ser caro. Algo así como la soledad del Lobo estepario.

    Miguel:
    Soy el que es nadie, el que no fue una espada
    en la guerra. Soy eco, olvido, nada - decía Borges. Todos lo somos un poco, no?

    Claudia:
    Dicen que antes de dormir leía su libreta y soñaba con posibles chantajes, imaginaba que era uno de los amantes esperados o que hacía negocios con esos hombres. Pero el amanecer lo volvía a encontrar gris. Nunca se atrevió a que el color de la noche tiñera sus días.

    Pablo:
    Vos siempre me regalás comentarios hermosos. Gracias!

    Curiyú:
    Podríamos patentar el método Juan García o Cómo hacerse invisible y no morir en el intento. Se lo venderíamos a un montón de gente. Sería fantástico vivir libre de miradas, al menos por un rato, no?

    Patricia:
    El toque de color o la vía de escape de García, a criterio del lector.
    ¿Te gustó el cartel? Yo de italiano, niente. Pero sonaba lindo. :)

    Tomás:
    En esta épca en que todos quieren brillar, el gris elegido de García desentona.

    Efa:
    Mientras lo escribía yo me acordaba de Natalio Ruiz, el hombrecito del sombrero gris.
    ¡¡¡¡¡Estoy vieja!!!!!

    Jou:
    La furia de los hombres grises carece de matices. Se van derecho al negro abismo.

    Aldo:
    Quizás veía, oía y miraba disimuladamente. Quizás era mucho más blanco o negro que cualquiera de los clientes del bar. Quizás disfrutaba del anonimato. Pero la verdad es que nadie lo veía. ¿Cuántos hombres grises habremos cruzado sin notarlos? ¿Cuántas veces somos nosotros mismos una mancha gris para los demás?

    Pato:
    Es que no querer brillar les da un brillo especial para algunas miradas.
    Leí tu comentario en Perras. ¡Qué loco! Mira que internet es un océano. No me digas que no es una casualidad inmensa encontrarnos en este naufragio bloguero y coincidir a través de nuestras madres.

    Halcón:
    Juan tenía la semilla del color dentro. La libretita lo demuestra. Pero no la deja germinar YA.

    Lola:
    ¿Sería chantajista? ¿Sería un escritor en busca de material para sus libros? Mmmm ... que dilema.

    Galatea:
    Ojalá los use. Algunos mueren grises. Más claro o más oscuros, pero grises.

    Ramón:
    Temed a la furia de los mansos, me decía mi abuelo.

    Oso polar barbudo:
    Es como dicen las notitas de tus ángeles: no los verás. ¿Sería Juan un ángel o un vampiro?

    Paty:
    Eso es porque no perfeccionaron el arte con el método Juan García!!
    O porque vos tenés ojos que saben descubrir el brillo interno.

    SoyLaura:
    Los clientes lo habrían amado. Si lo hubieran notado, claro.

    ResponderEliminar
  26. José:
    ¡Mientras noten la diferencia cuando no estemos!

    Rob:
    Eso dicen. Aunque Mata Hari no pasaba desapercibida.

    ResponderEliminar
  27. Ay!!!! Cuánta gente así, no? Será por eso que siempre uso algún color llamativo, hablo hasta por los codos y no sé guardar secretos??? jajajajaja!

    No estoy para ese puesto!

    Beso

    ResponderEliminar
  28. Malena, ¡no me lo puedo creer! Acabo de leer esta entrada tuya del domingo y me he dado cuenta de que empieza casi como una que colgué yo ayer.

    Yo no soy de creer en cosas "paranormales" (jeje), pero es que ya me ha pasado varias veces contigo y esto ya traspasa el umbral de lo meramente tangible. Mira que si somos gemelas y estamos unidas por un cordón umbilical invisible y no lo sabemos...No tendrás un cuerpazo y un atractivo irresistible como yo, ¿verdad? :-)))

    ResponderEliminar
  29. Lo peor de los hombres grises es la capacidad inmensa que tienen de contemplar cosas atroces sin inmutarse...

    Y lo malo es que todos, y todas, solemos "tirar" bastante al gris...

    Un abrazo, Malena

    ResponderEliminar
  30. Hoy por hoy, creo que son los que van a pasar a llamar la atención, demasiado bochinche hacen los demás.

    ResponderEliminar
  31. He conocido hace años a un hombre tal vez gris. Lo llamaré Alberto H. proteger su identidad. Nunca lo agitó ninguna injusticia ni felictación, nunca el rencor ni la algarabía le hizo levantar su voz, nunca participó de los desbordes colectivos ni escondía bajo la alfombra los propios.

    ¡Cómo me aburría con el Beto Hidalgo!

    ResponderEliminar
  32. Gris, indefinido, medio-algo medio nada. Su única virtud es el silencio. Su mayor defecto la sumisa ilusión. Buena narración, según mi humilde parecer. Besos.

    ResponderEliminar
  33. Yo diría un hombre previsor y sumamente organizado, es bueno hasta saber que fué lo que consumió el susodicho en aquella ocasión.

    Salute!

    ResponderEliminar
  34. Éso es vida. Es decir: éso es la vida.
    Ojalá el retiro que nos prometen sea tan maravilloso (sabemos que no).
    Saludos.

    ResponderEliminar
  35. y si era feliz?

    qué maestra, Piba. me paso un vientito gris por el alma, mientras leía.

    un abrazo!

    ResponderEliminar
  36. un poco fantasmal este hombre... y casi un perfecto desconocido inexistente

    ResponderEliminar