lunes, 14 de noviembre de 2011

viernes, 11 de noviembre de 2011

Cuarenta años no es nada


... Y les puedo asegurar que no tuve nunca más un amigo igual
Victor Heredia - Tiernamente amigos

Yo tenía 11 y vos 12 cuando nos conocimos (si, soy más joven, bancátela).
Pasaron los 15, el egreso al que insististe en no ir de blanco - siempre precursora -, nos fuimos del pueblo blanco, volvimos, vos te volviste a ir y yo me quedé, pasaron mis embarazos, tus novios, los míos, te mudaste mil veces de ciudad, de casa, de número de teléfono, sufrimos separaciones, se fue tu viejo primero, al ratito el mío. Cambiamos. Algo queda de las chicas de la foto, pero vaya si cambiamos. Pero no cambió nada lo mucho que te quiero.

¡¡FELICES 40, KAREN!!

Va de regalo la letra de Iván Noble. Por más que lo intenté, no quiso ir a tu casa a tocarte personalmente.

Voy al grano
Aviso y aclaro
Gratis depende
Nunca barato
Soy amigo personal
De los idiotas que he sido
De lo mucho que he boqueado
De lo poco que he mordido

A poco de estrenar
El cuarto piso de mi vida
Me tienen sin cuidado
Las certezas, la barriga
A algunas cacerías
Sigo yendo a curiosear
Pero a los peces chicos
Ahora los devuelvo al mar

Y aquí me siento a ver pasar la parranda
De la vida “a capella”
De la muerte a la marchante
Que pésima memoria tiene la felicidad
Que siempre nos da charla
Y se va sin saludar

Por las dudas aviso y aclaro
Antes ladraba
Pero hoy voy al grano
Antes ladraba
Pero hoy voy al grano

Y hablemos del amor
Que como dice un vecino
Es el más hermoso
De los mal entendidos
Es jugar ruleta rusa
Con seis balas, corazón
Sabelo: cinco siempre son para vos

Te diría que no tengo
Mucho apuro por saber
De que demonios hablan
Mi espada y mi pared
A veces mi cabeza
Se va de boca
A veces pierdo trenes
Pero salvo la ropa

El caso es que los años se están apurando
Mudamos de planes
Cambiamos de barrio
Pasamos de largo de ciertas batallas
Pero algunos soldados no vuelven a casa

Por las dudas aviso y aclaro
Antes ladraba
Pero hoy voy al grano



domingo, 6 de noviembre de 2011

Lección

Tenía cuatro años. Estaban en la casa quinta donde solían pasar las tardes de verano. En la pileta más baja, su padre intentaba enseñarle a nadar a su hermana mayor. Parecía fácil, pero no lo lograba; tenía miedo. Ella no, ella no tenía miedo entonces se largó en la pileta más honda sin que nadie lo notara. Lejos de los bordes, lejos de los salvavidas, comenzó a bracear y patalear pero no avanzaba. El agua tapaba su cabeza, su boca, no podía respirar y era peor con cada movimiento brusco que hacía. Entonces dejó de intentarlo; comenzó a hundirse, con los ojos abiertos debajo del agua veía que la luz de la superficie se alejaba pero no se desesperó. Casi podría decirse que tuvo una extraña sensación de paz. Cuando llegó al fondo, pateó con fuerza. Salió a la superficie unos cuantos centímetros más cerca de la escalera, así que repitió la operación hasta acercarse lo suficiente como para aferrarse a ella y salir de ahí.
Miró el agua durante un rato largo con una mezcla de miedo, ganas de llorar, rabia.
No había podido reconocer el peligro, se había dejado llevar por la apariencia tranquila del agua. Podría haberse ahogado y nadie lo hubiera notado por un rato, porque estaban ocupados con su hermana. ¡Qué estúpida había sido!
Pero la lección estaba aprendida: frente a las adversidades, nada de patalear y gastar energías de gusto. Tranquilidad siempre, aunque parezca que te hundís más y dar la patada en el momento justo. Y nunca, pero nunca, subestimar al adversario o pretender que otros te vengan a salvar

sábado, 5 de noviembre de 2011

jueves, 3 de noviembre de 2011