miércoles, 30 de marzo de 2011

Cotidianas


Diálogo sostenido ayer, con mi hijo Manuel (7 años).


- ¿Qué te pasa, ma?
- Nada, Manu. Me duele la panza.
- ¿Comiste mucho?
- No.
- ¿Tomaste frío?
- No, tampoco. Son cosas de mujeres.
- Ah. ¿Celulitis?

jueves, 24 de marzo de 2011

La memoria


Nos bombardean con discursos los que estuvieron escondiditos y muertos de pánico hasta hace unos años.
Nos dicen que el pueblo que vive con la vista en el pasado no puede avanzar.
Nos quieren explicar que - al fin y al cabo - tan mal no estabamos, que si vos no te metías con nadie, nadie se metía con vos, que algo habrán hecho los que desaparecieron y algo habrán hecho también los hijos recién nacidos de los que seguramente algo habían hecho. Por eso siguen desaparecidos y en manos de sus captores, gente buena que los educó bien.
Y pretenden que olvidemos los periodistas que vendieron su pluma, los empresarios que se llenaron de plata, los jueces que cerraron los ojos, para poder seguir vendiendo sus plumas a nuevos postores y llenándose de plata y cerrando los ojos.
Los traidores pretenden que olvidemos.
Los traidores dicen que la memoria duele.
Y si.
Duele.
Y dan ganas de llorar.

Llora nomas botija
son macanas
que los hombres no lloran
aqui lloramos todos.

Gritamos berreamos moqueamos chillamos
maldecimos
porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse.

Llora pero no olvides.

Mario Benedetti



sábado, 19 de marzo de 2011

De los dioses paganos

Después de años de estudios sociológicos, lecturas metafísicas y análisis freudiano, entendió que la juventud estaba perdida entre el escepticismo y la abulia.
Entonces se paró en su taburete y les dijo:
- Creed en mí, mis discípulos, porque yo soy grande. Conozco de cerca el dolor y el pecado, soy el dueño absoluto de la verdad, tengo el poder para acallar a los pobres de espíritu que piensan distinto, los llevaré por laberintos de melancolía e incomprensión hasta que sean capaces de hallar la sabiduría. Porque yo soy el camino. Adoradme, pues, mentirosos, incultos e ignorantes míos.
Muchos de ellos cayeron arrodillados ante él, hipnotizados por su retórica. Pero otros se animaron a contestar:
- ¿Acaso no eres nuestro profesor?¿No te has sentado con nosotros en los bares y hasta has llevado a la cama a algunas de nuestras compañeras?
- Ustedes no son dignos de ser llamados mis seguidores, hombres de poca fe - replicó iracundo.
- Perdónanos, maestro. No somos dignos de entrar en tu cátedra pero una palabra tuya bastará para iluminarnos - dijeron mientras se postraban llorando.

Se fue reuniendo a su alrededor un grupo de personas simples, atraídas por sus gritos. Una de ellas, que recién llegaba, preguntó:

- ¿Quién es este hombre?
- No sé. Otro boludo que se cree Dios.

martes, 15 de marzo de 2011

Pequeños logros

Se sentó frente al teclado, miró la pantalla en blanco y no supo qué escribir.
Entonces escribió que estaba sentada frente al teclado, con la pantalla en blanco y no sabía qué escribir.

jueves, 10 de marzo de 2011

Papá


Como casi todos, mi viejo vivió varias vidas.
Tuvo una infancia rural llena de hermanos y anécdotas. Fue jugador de fútbol, bailarín, cantor - salió tercero en un concurso de tangos donde participaban tres -, fue novio, marido, padre, abuelo, repartidor de un almacén, empleado en una fábrica de pastas, sindicalista. Anduvo en bicicleta, en autos destartalados, en autos mejores. Construyó con su suegro su casa, pegando ladrillo por ladrillo, pero llamaba a un electricista para cambiar una lamparita. Jugador empedernido de cartas, poco amigo de las grandes demostraciones de cariño pero regalador de buenos consejos.
Se le rió en la cara a la parca tantas veces. Pero el último tiempo se había cansado de tanto transmutar y contrató a un actor que se le parecía bastante para que ocupara su lugar. Pero no había caso. No se reía como mi papá. Por eso el domingo se cansó de representar la farsa y renunció.
El actor renunció. Mi papá no.
Él sigue silbando una canción mientras lleva en bicicleta a la escuela a la nena que fuí.

sábado, 5 de marzo de 2011

Invaluable

- Lo que tenés entre las piernas es mucho más que sexo. Hacelo valer - le explicó su madre, el día que cumplió 15 años. Y sin agregar mucho más le regaló un libro cuyo título era Conceptos básicos de economía.
Después de leerlo atentamente lo comprendió.
Ella era dueña de un objeto que otros necesitaban para satisfacer sus necesidades. Si quería tener un lugar dentro del mercado no debía descuidar el packaging y la publicidad - muchos compran por lo que parece y no por lo que es - y, sobre todo, estar atenta a las leyes de oferta y demanda.
Demasiada oferta abarata el producto pero si la demanda es siempre satisfecha, el demandante dejará de sentir la sensación de necesidad por él. Una oferta adecuada es la que hace que el precio sea justo pero un precio muy elevado tiende a disminuir la demanda.
No debemos descuidar el producto aunque nos aseguren el monopolio del mercado, porque existe un canal de oferta fuera del circuito legal, conocido como mercado negro.

Cerró el libro y le quedó una duda: ¿en qué capítulo hablaban de su propio deseo?

martes, 1 de marzo de 2011

Se busca

No sé dónde me perdí.
La última vez que me ví tenía 24 años, me reía a carcajadas y sabía exactamente dónde quería ir. Después esas cosas de la vida hicieron que me fuera alejando.

Empecé a buscarme en el espejo, que era un lugar que solía frecuentar. Me atendió una señora seria, que se pinta las canas y me confirmó que por ahí hacía rato que no pasaba.

Guillermo tenía que tener algún dato que me ayudara. Si lo ubicaba a él, lo demás estaba resuelto. No podía estar separada de ese hombre. Recurrí a Facebook. Tiró un solo dato con ese nombre, pero la foto no era de él. Se trataba de alguien que seguro algún parentezco tenía pero estaba con una chica que no era yo.

Llamé a Karen y reconocí su voz pero me dijo que ella tampoco podía encontrarse. Quedó en avisarme si tenía alguna novedad.

Pregunté por Mónica y Sebastián pero me mintieron (porque yo sé que es mentira que no están).

Estoy empezando a preocuparme.

Si alguien me ve, por favor, diganme que me estoy buscando.