martes, 31 de enero de 2012

Bébase con moderación



Después de beber la primera copa, te miré sin prisas y un poco de descaro.
Con la segunda me acerqué a vos y te dije que me gustabas. Me encantó tu sonrisa, tu sorpresa.
Tomamos juntos la tercera y me animé a besarte.
Las manos que hurgaban entre nuestra ropa llegaron con la cuarta copa.
La quinta la bebimos en mi casa, mientras lenguas y manos exploraban el cuerpo del otro.
La sexta nos invitó a sacarnos la ropa.
No sé si fue la séptima o la octava la que hizo que me quedara dormida en el sofá, con un hilito de baba saliendo de la boca.
Perdón.
Debí haberte avisado antes que no me cae bien el alcohol.

lunes, 16 de enero de 2012

Supersticiones

Hay ciertas esquinas por las que yo no paso, amigo.
Llámeme supersticioso si quiere, pero yo le aseguro que cada vez que piso la intersección de Jujuy y Uriburu tengo una discusión con mi mujer.
Ríase, nomás, pero es así como le digo.
Y si quiero ir a algún lugar rápido, me conviene alejarme de Mitre y Alem. Ahí siempre me pierdo. Por más que vaya con la dirección anotada, mire. Llego y me quedo parado por horas sin acordarme a dónde iba.
Si paso por Rivadavia y Lima, al otro día clavado que me duele la cabeza.
No me mire así, hombre. Le digo la verdad. Aunque en el fondo lo entiendo. A mí me llevó años de discusiones, extravíos y dolores de cabeza convencerme.
Pero desde que abandoné esas esquinas no sabe lo bien que me va.

Eso si, cuando extraño un poco aquella vida voy al bar de Tito, que está a mitad de cuadra.

viernes, 13 de enero de 2012