martes, 28 de junio de 2011

Del amor, el sexo y otras yerbas

No me vengas con el discurso de que el amor es amor y el sexo es otra cosa.

A mí no.

Sabés que, sinceramente, me interesa tres carajos que te hayas acostado con ella. No es lo que estamos discutiendo.

¿Qué buscabas? ¿Qué querías probar?¿Por dos horas en su cama pusiste en juego nuestra pareja?¿Por qué no tomaste los recaudos para que yo no me enterara si sabías que me ibas a lastimar?¿No te importó lastimarme?¿Estás contento ahora que sabés que podés gustarle a otra mujer?¿Por qué no te quedaste en el juego de seducción si sólo se trataba de eso?¿Tu orgasmo fue incomparable?¿Valió la pena?¿Te acordás de ella cuando me acariciás a mí? ¿Cuándo empezaste a mentirme?¿Cuántas cosas más me ocultás?¿Y si hubiera sido yo la que se acostaba con otro?

Mirame cuando te hablo y contestame.

¿Y si hubiera sido yo?

jueves, 23 de junio de 2011

Ciclos

-¿Qué estás haciendo que no te escucho? – me gritaba mamá desde la cocina.

Nada. ¿Qué carajo iba a estar haciendo? Pensaba en el partido del domingo o miraba la revista que Pablo le había afanado al tío. Pero andá a hacerle entender que no estaba haciendo nada. Con el tiempo aprendí que siempre era mejor inventar algo, porque si no me mandaba a la panadería o a estudiar. Había dos cosas que mi madre no podía soportar: el silencio y verme al pedo. Después de probar varias respuestas, entendí que se quedaba contenta cuando le decía que estaba pensando en cualquier cosa que tuviera que ver con ella. Por ejemplo, le decía que estaba pensando en lo rica que estaba la comida del almuerzo. Esa siempre daba resultado.


-¿Qué te pasa que estás tan callado? – me pregunta mi mujer.

- Pensaba en mi vieja. Ella sí que cocinaba bien, che.

sábado, 18 de junio de 2011

viernes, 17 de junio de 2011

Real life

Quiero comenzar esta entrada pidiendo disculpas por salir del ámbito ficcional (¿?), pero me urge la necesidad de resolver varias dudas que me han surgido después de mi experiencia con el señor Mono, albañil, que representa a las mil maravillas a su gremio. Quizás alguno de ustedes, amigos míos, pueda iluminarme (dicho sea de paso, ¿alguien conoce a algún electricista?).

Primera duda: El presupuesto
Una, claramente, se dirige al albañil:
- Quiero arreglar los revoques del galponcito y poner las baldosas en el patio. ¿Cuánto me va a cobrar?
¿Recibe a cambio una respuesta clara y concisa? No, señor. Primero recorrerá el patio, midiendo a los trancos, después se rascará la cabeza, dará otra vuelta, mirará las paredes del galponcito dando golpecitos con el puño, se volverá a rascar y dirá:
- Yyyyyyyyyyyyyy ...... ¡qué le voy a cobrar!
Ahora, si no saben ellos cuánto nos van a cobrar, cómo carajo pretenden que lo sepa yo.
- No sé, por eso le pregunto: ¿cuánto me va a cobrar?
Repite el ritual del recorrido, la rascada y los golpecitos, agrega una mirada al horizonte con los ojos entrecerrados y larga:
- ¿Le parece bien cinco mil?
Si vamos al caso, a mi me parecería mucho mejor que no me cobrara. Digo yo, ¿cómo calculan los presupuestos? ¿Por la cara del cliente?

Segunda duda: el tiempo
Si Dios tardó siete días en crear el mundo, ¿cuánto puede tardar un tipo en pegar unas baldosas? El día que lo contrataste juró que en diez días estaba liquidado, pero pasaron quince y no va ni por la mitad. Yo creo que la pauta te la da el día que lo llamás para el presupuesto; si te dice "mañana estoy por allá" y aparece a los 5 días ... calculemos entonces .... el día del albañil tiene 120 horas.

Tercera duda: la compra de los materiales
- Señora, voy a necesitar 1000 de arena y 5 de cal.
Salgo raudamente hacia el corralón; vuelvo a casa feliz con la satisfacción de la tarea cumplida. Entonces él dirá, así, libre de culpa y cargo:
- Ah, y una de cemento.
Salgo otra vez rumbo al corralón, donde me miran con cara de "mina tenías que ser". Vuelvo. Me siento a tomar unos mates y lo escucho al muy cretino que, cobardemente, me grita desde el patio:
- ¿Me trajo la pastina?
- No me pediste pastina.
- Ah, ¿no? Pucha, me olvidé. Voy a necesitar pastina.
- Bueno, bancame un ratito que ahora voy.
- Lo que pasa, doña, es que después no se la van a traer y no voy a poder seguir trabajando, vio.
Pero ¿qué le pasa a la gente del gremio de la construcción? ¿Tienen algún problema de organización?

Cuarta y última duda: Dificultad
¿Será muy complicado pegar baldosas? Porque antes de volver a lidiar con el albañil, la próxima las pego yo.

miércoles, 15 de junio de 2011

Pensamiento femenino III: La primera cita

Ya llegó. La puta madre, no me tendría que haber puesto este vestido. Me marca toda la panza. Eso que hace tres días que estoy cagándome de hambre. Mejor me cambio. ¿Qué carajo me pongo? No tengo nada.
¿A ver si lo veo desde el balcón? Si, ahí está, parado al lado de ese árbol. Mmmm … me gusta Pero ¿qué hace? ¿Se está bajando el cierre del pantalón? Uy, Dios. Ya veo que es un degenerado. Mejor le digo a la vecina que baje y tome el número de la patente. ¿Voy o no voy? Ma’ si. Total vamos a un lugar lleno de gente.
Hacía un siglo que tenía ganas de venir a este lugar. Ojalá a éste no se le ocurra tener un arranque de modernidad y quiera que paguemos a medias, como el anterior. Viene bien la cosa. Es simpático. ¿Querrá tener sexo en la primera cita? ¿Qué hago? ¿Me depilé? Uy, no. ¿Se me notarán mucho? Mejor voy al baño y me fijo. Seeeee, se notan. Por quéeeeeeee no me depiléeeeeeeeeeee. Mejor me voy ahora, antes que me diga algo y le tenga que decir que no.


-Hola, Negra. Haceme un favor. Llamame en cinco y seguime la corriente. Después te explico. Ah, y si podés mañana pedime un turno con Sarita. Pierna completa, cavado y tira de cola. Besos.

Eso sí, mañana en mi departamento. Total, ya el hielo está roto, no?

--------------------------

¿Qué piensan ellos? Dany nos devela el misterio acá.

jueves, 9 de junio de 2011

Abandono

Te fuiste hace unos meses.
Era verano.
Pusiste mucho cuidado en no olvidarte nada; revisaste varias veces los cajones, el botiquín del baño, la alacena. No quedó ni tu ropa, ni tus zapatos, ni tus libros, ni siquiera tu olor.
Después de algunos días y sin que lo buscara, lo encontré en un rincón del dormitorio acurrucado: habías dejado tu amor abandonado.
Para serte sincera me conmovió el pobrecito. Lo alimenté con un par de recuerdos que tenía almacenados y lo dejé dormir en el hueco que habías dejado en la almohada. Algunas noches me hacía compañía mientras escuchábamos tu música favorita.
Un par de veces pensé en llamarte para que vinieras a buscarlo.
En serio ... lo lamento, creeme.
Pero llegaste tarde.
Se murió de frío cuando llegó el invierno.

martes, 7 de junio de 2011

Amores de morondanga VI

Cansada de la vivir en la bohardilla comiendo arroz, esta mañana la musa huyó con el mecenas.

viernes, 3 de junio de 2011

Puntual

Cuando se despertó, él ya se había ido. Se sintió aliviada. Una noche de pasión con un desconocido podía ser una gran aventura, pero compartir el desayuno era un distinto. Para llenar los silencios que surgían entre los sorbos de café se hacían preguntas protocolares, incómodas e irrelevantes: edad, trabajo, estudios. Recurría a motes tiernos para no poner en evidencia el olvido del nombre. Para evitar confusiones, a todos les decía gordi. No faltaban los que confundían ese gesto con una muestra de cariño e intentaban quedarse a almorzar. Confiados en sus dotes de amantes, otros pretendían extender la noche hasta la hora de la siesta. Pero cuando el reloj marcaba las diez de la mañana, ella mencionaba una cita ineludible o cualquier otra excusa perfecta y se quedaba sola, cambiando las sábanas y borrando todas las huellas nocturnas.

Y a las doce, puntual como siempre, entraba en la clínica donde estaba internado su marido.