domingo, 31 de octubre de 2010

El maestro

Después de permanecer unos segundos en silencio, Enrique movió su alfil y lo miró expectante.
Supo en ese momento que su alumno lo había superado.

Entonces se paró y levantando con fuerza la punta del pie hizo volar las piezas por el aire.

- También hay que aprender a patear el tablero - dijo mientras se iba, frente a la mirada atónita de la clase.

jueves, 28 de octubre de 2010

Cacería

Después de un arduo recorrido pudo ver a aquella maravillosa pieza.
Única en su especie, impecable - pensó.
Preparó el arma con paciencia, mientras no la perdía de vista.
La gacela, segura de su sino, se sentó mansamente frente a la línea de tiro y lo miró.

Decepcionado y sin disparar, siguió el recorrido en busca de una presa que se precie de tal.

domingo, 24 de octubre de 2010

El árbol de las ramas que se bifurcan

Libro de la genealogía de Mauricio, hijo de Teresa, hijo de Eduardo


1
Luisa y Alberto engendraron a Teresa. Inés y Raúl engendraron a Eduardo.

2 Luisa engendró también a Liliana e Ignacio, no así Alberto que también engendró a Claudia y Patricia, hijas de Ester.

3 Con posterioridad al nacimiento de Eduardo, Inés engendró a Osvaldo, hijo de Oscar, que ya había engendrado a Mariano, hijo de Beatriz.

4 Eduardo y Gabriela engendraron a Diego y Ezequiel.

5 Gabriela engendró luego a Nahuel, en tiempos en que Eduardo se encontraba de viaje de negocios, lo que engendró un revuelo en su hogar.

6 En es mismo tiempo Teresa conoce a Javier y engendran a las gemelas Morena y Paloma.

7 Después de su divorcio, Teresa conoce a Eduardo y engendran a Mauricio

8 De manera que todas las generaciones desde Alberto y Raúl, Luisa e Inés hasta Mauricio deben andar con pie de plomo para no cometer el pecado de incesto.

martes, 19 de octubre de 2010

Amores de morondanga I

Arrepentimiento

Camino a Troya, Paris se horrorizó al descubrir que Helena roncaba y tenía mal aliento.

lunes, 18 de octubre de 2010

Lingüística

Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del Congreso Internacional de Lingüística y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y papeles y se dirigió hacia la salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas, filólogos, semiólogos, críticos estructuralistas y desconstruccionistas, todos los cuales siguieron su garboso desplazamiento con una admiración rayana en la glosemática.
De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:
¡Qué sintagma!
¡Qué polisemia!
¡Qué significante!
¡Qué diacronía!
¡Qué exemplar ceterorum!
¡Qué Zungenspitze!
¡Qué morfema!
La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonemas.
Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: ''Cosita linda".

Mario Bennedetti


A veces nos enredamos tanto en las formas que nos olvidamos que la función del lenguaje es transmitirle una idea al otro, no?

sábado, 16 de octubre de 2010

El tuerto y los ciegos

Cuando ella lo abandonó, él conoció el dolor.
En el intento de mitigar su sufrimiento, comenzó a beber.
En el Bar El profeta ya lo conocían y no faltaba quien le ponía absurdos motes, causando la risa del resto de los concurrentes.
Aquella tarde cuando se resbaló de la silla golpeándose fuertemente la cabeza, un grupo de estudiantes comenzó con las burlas habituales.
Lejos de enojarse, se levantó sin que nadie atinara a ayudarlo, y alzando los ojos hacia los parroquianos dijo:

- Bienaventurados los que han visto el amor, porque de ellos es el Reino de los Ciegos.

jueves, 14 de octubre de 2010

Olvido

- Yo no entiendo, María, como te olvidaste así de mi, de mis caricias, de mis besos. ¿No signifiqué nada para vos? ¿Cómo pudiste, María, cómo pudiste?
- Señor, mi nombre es Marta.

miércoles, 6 de octubre de 2010

El peor sordo.

- Por favor, no le des más vueltas. Es sencillo, ¿me querés?
- No.
- ¿Ves como sos? Nunca tomás en serio nuestras discusiones. De verdad, ¿me querés?
- No.
- Bueno, si tenés ganas de tomarme el pelo yo no puedo seguir. Mañana nos vemos.

Y se fue, ofendida, pegando un portazo.

Inventario Infantil


Mi casa era un abrazo con aromas,
afuera el mar oleaba en adoquines, por suerte habia chapas que, en la siesta, hacían que llover no fuera triste...
Al olor del hogar – Bersuit Vergarabat





Cierro los ojos, vuelo hasta la casa de la calle Balcarce y vuelvo a tener trencitas para hacer este inventario infantil que consta, a saber, de:
- Los buñuelos de manzana.
- El silbido de mi abuelo entonando Caminito, mientras hacía solitarios en la mesa larguísima de la cocina.
- El patio de la casa, escenario obligado de los juegos con mi hermana.
- Los almuerzos de los domingos repletos de primos, tíos, novios, amigos y quien quisiera arrimarse a la casa de Ángel.
- Mi tía puteando eternamente a los milicos.
- Mi tío contándome que “siete chanchitos desobedientes, sin el permiso de su mamá … “
- El pánico que me inspiraba mi otro tío, el serio.
- Los días que mi papá me dejaba acompañarlo al trabajo y yo podía girar en su sillón.
- El olor a manzanilla que invadía todo mi pueblo en verano.
- La ropa heredada de mi hermana, que la había heredado de mis primas.
- El sonido de la máquina de coser de la abuela.
- La Noche Buena y la fuerza en los párpados para no dormirme, a ver si pescaba a Papá Noel.
- El sonido de la voz de mi mamá cuando me sentaba sobre sus piernas y yo apoyaba la cabeza en su pecho. Me hablaba suavecito y me acariciaba el pelo.
- Los postrecitos Sandy de chocolate.
- Las siestas sin hacer ruido, porque los grandes dormían.
- El matinée del cine Zurro, con dos películas. El maní con chocolate y los caramelos sugus confitados.
- El álbum de figuritas inconcluso por culpa de la tarántula, que no salía nunca. Las figuritas con purpurina que nos dejaban la cara llena de brillitos.
- Los veranos de insoportable calor y los inviernos tremendamente fríos.
- Mi mamá recibiéndome después del baño con un toallón calentito.
- Mi hermana y su delirio de estilista cortándole el pelo a mi muñeca preferida.
- Los días de carnaval donde todos, grandes y chicos, jugábamos a mojarnos.




Mi madre crió canas pespunteando pijamas,
mi padre se hizo viejo sin mirarse al espejo, y mi hermano se fuede casa, por primera vez. Y ¿dónde, dónde fue mi niñez?

Mi niñez - Serrat

lunes, 4 de octubre de 2010

Mientras dormías

Sencillamente, no te soporto más.
No soporto tu voz, tu respiración, tu risa estridente. No soporto, en realidad, que te rías de mi.
Me cansé de poner cara de indiferente frente a tus ironías y que nunca te canses de decirme que sin vos no sabría que hacer.
Me voy ahora que dormís para no tener que escucharte.
Quedate tranquilo que no voy a llevarme nada que no sea mío. Ya sé que todo acá te pertence porque vos sos el que traes la plata a casa. Me lo decís a diario.
Pero yo no soy tu propiedad.

Salgo a la calle. Es de noche y corre un viento ligero que me llena los pulmones de aire limpio (o a lo mejor no, a lo mejor es que mi pecho siente que se sacó de encima una piedra pesada y respira libre por primera vez en años).
Me asusta un poco el barrio a esta hora. No pasa nadie, excepto ese colectivo que ni sé donde va. No importa. Igual me subo. Bajo cerca del centro y camino sin rumbo. Me sorprendo con la mirada de algunos hombres; me sorprendo y temo. Entro en un hotelito pero no hay habitaciones libres. De nuevo en la calle sigo caminando. Me siento en un bar y pido un café y un tostado. Cuando amanezca voy a ir a la casa de la señora Susana a ver si me da trabajo de nuevo cama adentro, aunque sea hasta juntar la plata para el pasaje al norte. Si ella no necesita, me puede recomendar a alguna amiga, aunque quedó medio enojada conmigo por aquel día que fuiste a gritarme a su casa.
Salgo del bar. Dentro de un par de horas los negocios van a estar abriendo. Tomo un subte al azar mientras hago tiempo. Termina el recorrido y me trepo a un colectivo, y después a otro. Son las seis de la mañana.
Cuando bajo me doy cuenta que solo estoy a un par de cuadras de casa.

Si me apuro llego a tiempo para despertarte y prepararte unos mates antes de que te vayas a trabajar.