La tristeza llegó para quedarse. Se sentó en mi sillón favorito y no tiene intenciones de irse. Se entretiene bordando con colores oscuros las cortinas; ya casi no permite que pase la luz.
Llegó de pronto; no esperaba su visita. Como una tía vieja y molesta, pide que la atendamos. - Traeme un vasito de lágrimas de la madrugada - me dice. Y no me pregunten que clase de hechizo me tiene cautiva, pero accedo sin chistar. La tirana lo disfruta y se agranda.
Me pregunto, enojada, quién la dejó entrar. No me queda más remedio que reconocer que fui yo. Intenté culparlo a él, a los vecinos, a los compañeros de trabajo, hasta al almacenero. Pero si otros abrieron la puerta, yo no la cerré y la instalé en mi casa.
Encima, es una pésima huésped. Me lleva todo el día dar vueltas alrededor de ella, y cuanto más caso le hago, más difícil es de llevar.
Por eso hoy he decidido mudarme. Que se quede sola, en el sillón de mimbre; si quiere lágrimas, que llore ella.
Yo tengo mejores cosas que hacer.
La tristeza es un gran sentimiento. En vez de negarlo incorporarlo. Hacer algo con él. Negar la tristeza, además, no funciona. El mundo feisbuc lo ha intentado mil veces. Pero en el fondo se quieren matar. Incorporá la mancha plásticamente. Eso me decía un maestro de arte. Negar no sirve. Insisto. Luis, de Suspendelviaje.
ResponderEliminarLuis! Me pellizco para ver si es cierto que sos vos.
ResponderEliminarLa tristeza existe, está, se siente. Tampoco es tan trágico estar triste. Es un sentimiento más. Claro que no es de los que nos place. Por eso, hay que darse permiso para la tristeza, y después sacudirla. Regodearse en la tristeza eternamente, también es negación.
Totalmente de acuerdo. De vez en cuando se está triste, una se acuesta, se da unos revolcones abrazada a la tristura, luego te das la vuelta, le metes un empujón y te levantas nueva.
Eliminar¡Ea!
Malena, genial. Has probado de abrir las ventanas, para que entre el aire y se la lleve, igual que pasa con el mal olor o el humo.
ResponderEliminarUn saludo.
Magnífico el texto, y los dos primeros comentarios lo completan muy bien.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
me alegra saber que decidiste dejarla en el sillón de mimbre y saliste a la luz que en esta época de cortes y temporales es mucho decir, un abrazo
ResponderEliminarPD: es malo quedarse en ella, bueno es que sea un sentimiento de todos los que nos ocupa y solo uno, aunque habría que considerar que hay tristezas y personas que no pueden separarse voluntariamente.
Miracolo, Miracolo!! Volvió a postear Malena!! Y encima con esta joyita!
ResponderEliminarSi uno sabe que la tristeza es una visitante pasajera, se la banca. Si la tristeza no se da por enterada, se la echa. La otra es que cuando llega la tristeza, jactarse de tener mucha alegría, así se muere de envidia.
Has hecho muy bien en cederle ese sillón de mimbre: son duros, le dolerá el culo... se irá solita.
ResponderEliminarSaludos, Malena.
la tristeza de visita breve
ResponderEliminarbreve.Hay que irse o dejarla ir,
claro
besos!
Parafraseando a Joaquín cuando dice "que no te vendan amor sin espinas"......que nadie crea que la vida viene sin la visita de la tristeza. Solo hay que estar bien plantado. Una escoba detrás de la puerta y la firme convicción que solo somos nosotros quienes la debemos dejar ir en algún momento. Eso si, sin andar haciendo amistad.
ResponderEliminarUn beso, amiga!
excelente!
ResponderEliminarsi la tristeza no te abandona
(y no se va con rexona)
podés dejarla bien sola.
Me cansan los que tienen a la tristeza como compañera.
ResponderEliminarLa tristeza es una traidora indeseada que ataca a traición. Y lo mejor que podemos hacer es encontrar algo que la sepulte. Unas risas, por ejemplo.
Cada vez que me visita saco la lista de recuerdos gozosos que mi vida me ha regalado y cuando voy por el 69 ya se ha marchado.
Hay cosas que sólo se aprenden estando triste.
ResponderEliminarEs un punto de vista interesante, mientras sea pasajero.
Beso
es un comienzo, Male. Bien ahí
ResponderEliminarBuenísimo!!!!
ResponderEliminarBuenísimo lo que escribíste, cómo lo escribiste. Buenísima la actitud (del personaje o tuya, ¿viste que uno escribe como si fuera otro?, pero no sé si uno es uno, yo creo que a veces zafo, las ideas no son mías, escribe y dibuja otro)
Sí, que se quede sola, que se joda! Hay que dejarle el control remoto de directv y que se entretenga mirando el Discovery chanel!
Eso sí, si mientras estábamos tristes escribimos o pintamos o hicimos algo, no se lo dejemos, cachemos el cuaderno de apuntes y salgamos dando un portazo, que esta vieja es capaz de decir que lo hizo ella.
Chau, beso, te estaba extrañando, che!!!
Me encanta cómo lo has escrito y me encanta la actitud.
ResponderEliminarbss
Genial la descripción de cómo llega, cómo se mantiene, cómo crece... Y cómo se queda sóla si uno quiere.
ResponderEliminarAbrazos
La muy tirana es una visitante maleducada. Llega, entra y se instale sin pedir permiso. Al principio, una como es educada la deja estar, pero cuando se pasa de la raya... Kick her fucking ass!!!
ResponderEliminarUno de los mejores textos que te he leído.
Grande, Male!!! Besazos miles!
El tema es que no se acostumbre, que no se haga a la idea que puede llegar así como así y hacer lo que quiera.
ResponderEliminarEs medio indomable, sí. Pero a estas alturas ya vamos conociéndonos e ir poniéndole ciertas reglas.
Abrazazo ♥
Me gusta el comentario de Rob, jejej
Pero a veces, cuando menos te lo esperas, desaparece:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=Jo_LpLuuyUE
Besos transatlánticos, amiga.
Valiente decisión. Cualquier cosa es buena para enfrentar a la tristeza instalada.
ResponderEliminarMuy bueno lo suyo.
Un saludo.
A veces solo hay que escucharla, dejarla hablar y pasar al siguiente paso lógico. Si intentamos eludirla no hay quien nos la quite de encima. Escucharla, y actuar.
ResponderEliminarUn beso, Malena
Un micro excelente, Malena.
ResponderEliminarUn texto intimista que logra, con la personificación de la tristeza, que el lector sienta la misma desazón e idénticas ganas de huir que la protagonista.
Como fondo, todos aquellos que ya hemos vivido algo, sabemos que la tristeza llega con facilidad, pero es muy difícil de desalojar.
Un gran trabajo. Mis aplausos.
El desafío es usarla a ella, lograr un breve impulso creativo que permita aprovecharla. Reírse en su cara, mostrarle cómo su nefasta aparición nos permitió crear y ser -paradójica y fugazmente- felices.
ResponderEliminarMe encantó el micro.
Un beso,
Yo también la dejé en casa. Me fui. A la calle. Que se joda, dije. Toqué timbres de amigos, no estaban. Entré a un locutorio y consulté feisbuq, nadie me había escrito nada. Consulté mi blog. Ningún comentario y apenas dos o tres visitas.Entonces volví a casa y le besé la nuca, le hice cosquillitas en los pelos finitos. Le pasé la lengua por la oreja y al rato gemía. Te juro que antes de quedarse dormida, le vi una sonrisa, apenas dibujada en los labios finos y apretados de tanto llorar. Me sentí mejor.
ResponderEliminarTristeza...cuantos poemas. cuantos tangos, se han escrito en tu nombre.
ResponderEliminarTristeza...creo que es solo una sucesión de recuerdos de cosas que pudieron ser y no fueron, u otras que fueron pero ya no son.
Para dejarla de lado solo basta con vivir y crear cosas nuevas sin mirar atrás, y si debemos hacerlo, ponerle un filtro a lo malo y dejar pasar lo demás
NO!
ResponderEliminarMe clavaste un puñal!
worldpress? Odio worlpress!
bueno, imaginate que estoy en la estación del tren diciendo adiós con la mano, con cara de triste, te juro.
Chauuuuuuuuuuuu!
Male, me encantó! Y yo también me mudo! La aguante unos cuantos días! Beso! =)
ResponderEliminarMe alegraste el día, Mujer!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarVení cuando quieras, ya sabés, el mate siempre está listo. Tomate el tiempo que quieras!!!!
Escribí mucho que lo hacés bien, y mostralo cuando tengas ganas.
No dejes de pasar a visitarme, eh!!!!!!!!!!!
Buen fin de semana!!!!!!!!!!!!!!!!
Besos!!!!!!!!!!!!!!!!!
Tristeza nao tem fim, felicidade sim. Si no la niegan los brasileños, cómo negarla nosotros? Lo que me entristece es la pesadez autoayudística que nos obliga a ser felices 24 X 7.
ResponderEliminarY arriba ese ánimo!
ResponderEliminarHay momentos en que todas las palabras y las cosas parecen caer en saco roto. Pero cuando aparece otro significado diferente, dan ganas de salir a jugar. Y esos momentos son los que nos mantienen.
ResponderEliminarEs un estado natural… así como suelen irse las alegrías después de disfrutarlas a fondo, lo mismo debemos hacer con las tristezas: vivirlas a fondo que ya se irán. Claro que un empujoncito podemos darles.
ResponderEliminarUn beso grande, que dure poco y enseñe algo.
D.
robémosle todas esas ganas de ser, a costa nuestra...
ResponderEliminarserá cuestión de embaucarla...
También se la puede tomar por los cuernos, la tristeza es un ser mitológico, y como todo ser mitológico tiene cuernos, y arrojarla directo al laberinto.
ResponderEliminarSeguro que ella se entenderá de mil maravillas con el monstruo de Deseo.
Saludos
J.
Me encantó el texto, me gusta como escribís .
ResponderEliminarY a la tristeza hay que dejarla pasar pero no invitarla ni a sentarse, que se sienta incomoda mientras está con nosotros y que no quiera quedarse.
besos
ella
yo soy más melanco... si la tristeza viene, la dejo estar conmigo, me acompaña y la acompaño, hasta que quiera irse... he estado triste muchas veces, a veces largos períodos, alternando con otros sentimientos, pero el sentimiento de tristeza es un viejo compañero de viajes...
besos
él
:), creo debería hacer lo mismo, a mí se me coló también, y ya hace tanto que me está costando decirle que se vaya..
ResponderEliminarBesos, Male.
jaja! Genial el comentario de Rob.
ResponderEliminarSabia decisión, Malena. Que se quede sola esa vieja de porquería. si anda sola es por algo; si ves a un anciano solo, pregúntate por qué. Besos.
ResponderEliminarSacá erl sillón a la calle y que la lleven junto con el sillón...!!!
ResponderEliminarNo te dejes...
Un beso
Una maravilla cómo das vida a este personaje que a veces se instala en nuestra vida oscureciendo cortinas y comiendo lágrimas.
ResponderEliminarUn gusto pasar por aquí, Malena.
Abrazos alegres!