lunes, 23 de abril de 2012
Perder el colectivo
Llueve a cántaros.
Rodolfo Marconi corre por la calle vacía buscando un taxi en vano. No le queda más remedio que quedarse en la parada de colectivo, resguardándose bajo un tinglado de chapa, que encima gotea.
Pasa un auto a toda velocidad que levanta el agua del cordón y lo empapa.
Lamenta haberse puesto esos zapatos nuevos.
Intenta sin suerte encender un cigarillo cuando escucha una voz femenina.
- ¿Tenés fuego?
Cuando levanta los ojos se encuentra con una rubia con ojos de gata, con un impermeable cruzado, zapatos de tacón y el pelo impecable.
- Claro, aunque no creo que tengamos suerte - dice sonriendo.
- Nada cuesta con probar.
Por arte a magia, una lumbre roja ilumina la sonrisa de la rubia.
- ¿Viste? Todo es posible cuando llueve en esta calle. ¿Cuál es tu nombre?
- Rodolfo. ¿Y el tuyo, preciosa?
- Lauren.
Desde la esquina se ve doblar al colectivo.
- ¿Subís? - pregunta él.
- No, me gusta la lluvia. Quedate conmigo.
Rodolfo se sintió ridículo al lado de esa belleza, con su traje empapado y el sombrero que chorreaba agua . Se alejo en el colectivo, mirando a la chica desde la ventanilla del 60.
Recorre esa calle a diario desde hace meses, esperando verla, pero el servicio meteorológico anuncia tiempos de sequía.
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nunca lloverá bastante como para poder fumar otro cigarrillo en aquella parada, besos
ResponderEliminarNi un diluvio lo salvará.
Eliminareso espero, mientras tanto le dará idea de lo que no hay que hacer, besos
EliminarDicen que el tren o el colectivo pasa una vez en la vida. A veces no habría que tomarlo. Después es tarde. Un beso, amiga!
ResponderEliminarY si no que lo diga Philip Marlowe..
EliminarPasa una vez.
EliminarBueno, a veces pasan otros, pero no son iguales.
Ay Rodolfo, Rodolfo, el 60 Bajo tenés que tomar!! El que va por Libertador, o te creés que vas a encontrarla a Lauren en el que va a Escobar. Te cuento un dato, en la parada del Coliseo de Victoria, cada tanto sube Lorena, antes le decíamos Lorenzo...En las noches de lluvia, cuando el gana Matador (cada tanto) no sé si es la magia o porque estamos embriagados por el éxito y la birra, pero nadie pregunta ni juzga...Ah, te tenés que tomar el que dice Alto...(aunque Lorena mide sólo 1.60...)
ResponderEliminarY para usted Doña Malena, veo que además de preparar ricos pasteles, escribe muy bien!!
Bajita Lorena para ser Lorenzo.
EliminarSe, preparo unos pasteles de puta madre. Y eso que no los probó.
Me detuve en el comentario de Dany...no sé...realmente no sé nada a esta altura.
ResponderEliminarUn abrazo Male!
(la fotografía me hubiese venido al pelo para el poema de mañana)
:)))
Siiiii. Leí tu entrada y la foto hubiera ido genial.
EliminarSiempre pienso en colectivos, o mejor, que el imaginario dice que los hombres se suben a cualquier colectivo y muchas mujeres, suelen perder el último tren. Supongo que es mejor probar varias líneas, a pesar del estado del transporte. Un abrazo.
ResponderEliminarLa cuestión es subirse, viste. Total, si no te gusta donde te lleva te podés bajar.
EliminarLe tengo dicho al lorenzo que no beba tanto, luego se cree que ha estado hablando con lauren y nos da la tabarra durante dos meses recorriendo lineas de colectivo.
ResponderEliminarLa única vez en su vida que no le importó estar mojado resulta que la chica se fue porque no se que de no haberse depilado.
La cosa de encontrarse ya es difícil de por si como para que vayamos añadiendo excepciones.
Yo, cuando me dicen ¿tienes fuego?, siempre contesto "en la mirada y en el corazón"
Eso! Nunca dejar pasar la oportunidad. Y puro fuego.
Eliminarpero, flacooo... te la perdisteee...!!!
ResponderEliminarme pasó, cuando iba al colegio secundario... una minita, el el bondi, me miraba... linda mina... yo era muuuyyy poco encarador, en esa época, y, simplemete, la miré también, durante todo el trayecto... llegué a la parada del colegio, y me bajé...
Desde ese día, hasta fin de año, cada vez que subía al colectivo para ir al colegio, me fijaba si estaba... nunca la volví a ver... creo que mejor, porque me parece que no la hubiera podido encarar...
besos
él
El remedio hubiera sido que ella te encarara, pero ya era demasiado, no?
Eliminarme quedé pensando en esas aventuras que no nos atrevemos a vivir. y despues el alma ya no quiere o el cuerpo ya no da.
ResponderEliminarmejor me tomo este vinito de cuando leo, o pienso, o extraño.
salute!
(pasteles también? mirá!)
Yo estoy acá, con mi Baileys (ya empezó el frío y amerita, viste) y pienso que en la próxima vida voy a ser más atrevida. En esta tuve mis mariconeadas, no vayas a creer.
EliminarPara la próxima reunión, prometo pastel.
EliminarImposible no tener empatía con este texto. El chico que me desvelaba en la facu, casi 8 años después, nos encontramos Florida y Diagonal Norte y me dijo: "Para mí, eras una chica muy especial. Tenía miedo de mandarme" Se me estrujó el corazón tanto que creo que quedó asi de chiquito... Nos hubiésemos ahorrado tantas ganas!!! Bah, yo también podría haber abierto la boca. Fucking cowards!
ResponderEliminarGenial el relato, La Bacall una Diosa y me anoto con los pasteles! ;)
Yo amaba profundamente a Gustavo Ortellado. Lo confieso. Aunque en ese momento no me animé a dejarlo que me diera un beso. Ibamos a salita verde. Nunca más volvió a intentar besarme.
EliminarVamos con los pasteles! Para mayo, hay que organizar un encuentro para festejar mis 40, eh.
el tren a veces pasa una sola vez en la vida. (y el colectivo tb)
ResponderEliminarCuantas veces nos perdemos oprtunidades en todos los ámbitos de la vida por no animarnos, por apostar a lo seguro.
A veces nos asusta no estar a la altura de la circunstancia.Pero yo ya he descubierto que la circunstancia no es tan alta.
EliminarUn centrodelantero de alma sabe que por ahí le quedará en el área una sola pelota en todo el partido. No puede haber crisis de fe en ese instante supremo. Que elija lo que quiera, darle con alma y vida y ojos cerrados a costa de reventarle el pecho al arquero, o bien pegarle sutil al rinconcito. Pero tiene que definir como un delantero, no como un marcador de punta que vio luz y subió (al área)
ResponderEliminarHe dicho.
O sea, a ver si entendí: cuando se da la oportunidad de colocarla no hay que perderla.
EliminarTi. Hay que colocarla (a la pelota)
EliminarNo hay que perder oportunidades cuando se presentan... nunca se sabe lo que deparará el servicio meteorológico... ;)
ResponderEliminarDecí que el servicio meteorológico se equivoca más que el INDEC.
EliminarQué error tan grave.... esas cosas solo pasan una vez en la vida y hay que pillarlas al vuelo y perder la cabeza mojada :)
ResponderEliminarUn beso!!
Los amores cobardes no llegan a amores ni a historia, diría Silvio Rodriguez. No hay peor error.
EliminarMalena, eso no pasa nunca. Me sabe mal decirlo. Pero nunca pasa. Las guapas... ignoran a los desdichados, nos ignoran. Lo tengo comprobado.
ResponderEliminarAunque vuelva a llover, que esté tranquilo y no de más rodeos para pasar por allí.
Un saludo.
ES cierto. No siempre las diosas inalcanzables piden fuego en calles desiertas. Yo, por ejemplo, no fumo. :)
EliminarY mira que se lo puso fácil, como caída del cielo...Pero creo que prefirió seguir soñándola....Amo a la Bacall y esa belleza que se dimensiona en su modo de estar...Beso(por cierto que me sorprendió la coincidencia entre tu entrada y la de hoy de Emma Gunst)
ResponderEliminarViste? Y fue totalmente casual. La Bacall es la gata por excelencia.
Eliminarcreo que todos nos hemos tomado, o hemos dejado pasar el tren alguna vez en la vida.
ResponderEliminarlo importante es aprender a tirarse de cabeza.
solo se vive una vez.
y si se vive muchas, aprovechemos!
"el ultimo tren pasaba,
el martes de ma drugada.
y yo me quedé durmiendo,
pues nadie
me dijo nada!
nadie me dijo..."
No sé.
EliminarYo tomo el tren que sale a la hora 16.
Yo sólo quiero hacerte el amor,
e ir caminando un rato bajo el sol,
y de un momento a otro te diré,
que tengo que dejarte otra vez,
pero estaremos juntos hasta el amanecer,
yo tomo el tren que sale a la hora 16
Que tengo que dejarte otra vez,
pero estaremos juntos hasta el amanecer,
yo tomo el tren que sale a la hora 16
por cierto, cambiaste tu presentación o hoy te leo distinto?
ResponderEliminarAgregué el perfil. Observador!
EliminarÉl con un juicio preclaro (rarísima excepción), sigue lo que le dicta la razón y convierte la historia en su fantasía inacabada. Un gusto leerte.
ResponderEliminarUn abrazo.
No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió. El debería haber dejado la racionalidad de lado.
EliminarNo cualquiera se encuentra a Leuren Bacall pidiéndote fuego, pudo haber sido fantasía, imaginación, unas copas de mas, soledad infinita, yo prefiero pensar que se la cruzó y que por eso no llueve. Si yo fuera él, la próxima lluvia salgo a empaparme y por las dudas llevo fuego.
ResponderEliminar(Hace mil que no te leía, no me salía tu actualización, te vi en otro blog y pasé, vu luz y entré, siempre es bueno leerte =)
Besos.
Esa calle es milagrosa los días de lluvia. Es el bulevar de los sueños rotos.
EliminarYo vi que arrancaste con Perras, así que ahí me tendrás ahora que tengo más tiempo libre!
¡Esta entrada es para mí! Vivo pensando que malgasté mi vida, mi talento, que perdí los momentos, las oportunidades, que temí hacer lo que tendría que haber hecho, etc. Pero de un tiempo a esta parte me parece que las oportunidades siempre vuelven o, mejor dicho, nunca se van. Si no se llama Lauren se llamará Rita, da igual. El asunto es levantarse y andar, como el fiambre Lázaro (y ese, ESE, es el asunto mi amiga, porque levantarse no es tan fácil, y andar… ni te cuento.)
ResponderEliminarTe mando un beso.
El cartero llama dos veces!!!!!!
EliminarUna es para el telegrama de despido y el otro para el corte de luz.
Naaaaaa. Es mentira que el tren sólo pasa una vez. Lo que es cierto es que siempre añoraremos al que no tomamos. Somos unos eternos disconformes.
El cuento es excelente. (Tranqui, Rodolfo, con Laureen tal vez la cosa no habría durado, de todos modos.)
ResponderEliminarSaludos, Malena.
Hubiera durado lo mismo que la lluvia. Pero ... ¿quién quería más?
EliminarQue le den a la rubia, Rody, que esta es de las que folla sin despeinarse....
ResponderEliminarbesines
Impecable siempre. Ni transpira, la guacha.
EliminarA este tipo le faltó jugar y creerse que aunque sea por un rato el podrìa ser Humphrey Bogart.
ResponderEliminarUn tonto adulto.
Beso Male!
Ahora no puede tocarla de nuevo, Sam.
Eliminarpor eso dicen que la oportunidad es una bella mujer desnuda y calva que si no la tomás en el momento preciso, sonaste. Puede que haya otras, no lo niego, pero...
ResponderEliminarLa pintan calva, si.
EliminarPodrá haber otras, claro. Pero esa .... a esa, hermanito, la perdiste por gil.
Nunca se sabe que hubiera pasado si.... Bueh, los "si" no existen. Al menos a este lado del espejo.
ResponderEliminarDelicioso, Malena. Delicioso. Para saborear lento y sin calcetines.
Besos payasos.
Delicioso es verte por acá!!!!!!
Eliminar¿Seguís en tu paraíso?
Vos sabés que yo soy de la idea que todo lo que deba pasar, pasará. Si no es en esta, será en otra vida.
En vistas de la censura y buenos modales que deben primar en casa o espacio ajeno, sólo diré que el personaje masculino es un verdadero chitrulo. Muy bello tu texto. Besos.
ResponderEliminarDecilo, Javier, decilo. Un perejil, un mamerto, un caído del catre.
EliminarEra eso, no?
Las oportunidad...cuando aparecen, hay que aprovecharlas. No hay que esperar el proximo colectivo, por ahi no vuelve a pasar mas por esa parada.
ResponderEliminarBuenisimo como siempre, vengo a disfrtuar de tus cuentos cortos. Me encantan
petra
Agarrarla y no dejarla ir. Hasta con los dientes!
ResponderEliminarQué lindo verte pasar.
Vaya relato espectacular, que gusto tener cosas buenas que leer.
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