Como todas las mañanas, Benito López se despertó sobresaltado.
No quería llegar tarde a su trabajo. No podía darse el lujo de que lo despidieran hasta que no cancelara las cuotas de la hipoteca. Si por algún motivo se atrasaba ya no podría ponerse al día y perdería su casa. Si perdía el trabajo y la casa, no tardaría en irse su esposa, llevándose a sus hijos. No es que le gustara su casa o amara locamente a su mujer, pero ya estaba grande para empezar de nuevo.
Antes, cuando era joven, cuando se amaban, cuando compraron la casa, hicieron un pacto: trabajaría en esa oficina hasta cancelar las cuotas y después podría buscar otro trabajo mejor, más creativo.
Ciento ochenta cuotas.
Sólo faltan sesenta.
Sólo sesenta.
Cinco años más.
Benito López nunca sospechó, hace diez años, que estaba hipotecando su vida.
Tengo una hipoteca.
ResponderEliminarLa negocie a plazo larguisimo.
Casi seguro que me morire y tidavia faltaran cuotas que pagar.
¿Por qué lo hice?
(a) Ahora pago al mes menos de la mitad que el que esta alquilado en el piso de abajo.
(b) Quien quiera heredar mi piso, que pague lo que falte...y es un chollo...en ese momento pagara un tercio de lo que pague el vecino de abajo.
(c) En realidad me he asegurado un alquiler fijo y barato.
(d) Nunca hay que dejar que el dinero nos esclavice.
ufff, conozco un par que sonmuchos más que dos, como Benito Lopez. Pobrecito
ResponderEliminarMalena...como me hacés sufrir. Veo esos esfuerzos y sufro. Sufro porque el sistema se los devora. Un beso sin hipotecas.
ResponderEliminarLa historia, así no más, de miles y miles. Me ahorraré adjetivos.
ResponderEliminarMejor pensado me ahorraré también verbos y sustantivos. No vaya a ser que se me escape alguna incorrección.
Hmmmm... ¿Te dije ya que eres fascinante?
Besos de alquiler.
Después de leer que "Si perdía el trabajo y la casa, no tardaría en irse su esposa, llevándose a sus hijos." y que "no amaba locamente a su mujer"creí que la última frase iba a ser:
ResponderEliminar"Benito López siguió durmiendo" :(
Hemos vendido nuestras vidas por un puñado de ladrillos donde escondernos.
ResponderEliminarBesos.
Cuando nacemos, nos entregan casi siempre una larga vida cuyas cuotas vamos pagando cada día. La ventaja de esta hipoteca vital, es que cuando morimos, no dejamos letras a deber... :-)
ResponderEliminar¡¡¡Me voy de "vacas" hoy!!!
Benito López es el alterego de casi todo hijo de vecino en el mundo desarrollado. La esclavitud financiera sustituye el viejo modelo de cadena perpetua.
ResponderEliminarLa hipoteca es la espina clavada en el Estado de Bienestar. ¿Por qué es imposible facilitar a la ciudadanía una vivienda económicamente sostenible? El precio que nos costaría contratar a una constructora para que nos hage la casa no es muy elevado. El problema está en la especulación del suelo, en connivencia con los Ayuntamientos. Existe todo un negocio que esclaviza a la ciudadanía. Incluso ahora, cuando ha estallado la burbuja inmobiliaria, quienes pagan el pato, inflando a los bancos, somos nosotros, los contribuyentes.
El mundo no está loco. Somos nosotros, los que ponen la mano y quienes callamos, dejando que el mundo ruede a ritmo del infame.
Hoy me salió una arenga revolucionaria. Efectos de la primavera. Buen fin de semana, compañeros.
Es la gran estafa que hemos aceptado. Los políticos, dirigentes y demás gerifaltes son unos delincuentes miembros de una mafia.
ResponderEliminarBesos, Malena.
No sé si es para reírse o para llorar, pero es una realidad que nos atraviesa!
ResponderEliminarLa cabeza, todo el tiempo, girando en torno a hipotecas, a cuotas, o a perderlo todo.
Me gustó, hoy sos, un poco, una chica Arlt.
Beso.
Hay, quién incluso, hipoteca la de sus hijos. Tenía un amigo, que vio con anterioridad el desamor de su relación y dejó que avalaran sus suegros. Gan jugada. A mí, me avala mí mujer. Díos me ayude, ateo como soy. Prefiero hipotecar mi vida, que avalar la de otro.
ResponderEliminarUn saludo.
Benito López compró el sueño que el sistema, y luego la sociedad, promociona. Sin embargo, hay quienes realmente quieren cumplirlo y están bien así... no los juzgo.
ResponderEliminarSería bueno que a este López y muchos más, les dijeran que hay otras opciones... pero claro, a los de arriba, ¿les conviene?
Muchos besos, Male!
yo tenía una hipoteca y vinieron un día unos iraníes y me robaron la casa y la hipoteca, pero esa es otra película. ahora soy feliz "alquilina".
ResponderEliminarPiba, me fui al blog de Guille y qué encanto!
abrazo!
ah, usté remaestra, como siempre, casi olvido decirlo. un papelón!
ResponderEliminarAy, que seria de nosotros sin una buena hipoteca que nos atara bien atados...
ResponderEliminarLas hipotecas son fieles en su compañia... Jamas nos abandonan.
Las mujeres sois otra cosa, sois menos fiables que una buena hipoteca.
Je,je,je
Un abrazo grande, amiga
Guille:
ResponderEliminar¡Yo también tengo hipoteca y por motivos muy parecidos a los tuyos!
Pero creo que en el punto d) de tu comentario está el secreto: yo tengo créditos. Los créditos no me tienen a mi.
El problema con Benito era el miedo tremendo a perder esos bienes, no la hipoteca.
Laura:
Yo creo que hay muchos Benito por cuadra.
Dany:
El sistema nos hace creer que si no tenemos, no somos. Qué lástima creerse ese cuento.
Kum:
No ahorres. Despilfarra palabras que no cobro interés. :)
Reina:
Jajajaja. ¡Es una opción! Cuando tome coraje, seguirá durmiendo.
Toro:
Lo que es peor, la malvendimos.
Alice:
Y con esas cuotas no podemos atrasarnos, aunque nos hagamos los otarios.
¡¡Buenas vacaciones!!
Ramón:
Acá estamos atravesando el efecto otoño, pero igual de revolucionarios.
El problema es que no nos dejan muchas escapatorias. O caemos en la hipoteca o alquilamos también a precios insostenibles. Por lo menos, en Argentina es así.
Pero más allá de la vivienda, que es indiscutidamente una necesidad básica, caemos voluntariamente en iguales artilugios para acceder a bienes de lujo. Los nuevos espejitos de colores tienen forma de tarjeta de crédito dorada.
Torcuato:
Agrego a los bancos, empresas y demás yerbas que forman parte de esta sociedad de consumo.
Curiyú:
Es tragicómico. Y nos toca a casi todos, de una manera u otra.
¡Justo ayer leía un artículo que Aberlardo Castillo escribió sobre Arlt!
Jou:
Un astuto tu amigo! Eso de ser garante no es terrible. Se ve que tu mujer te ama. :)
Flor:
Yo no veo mal que quiera cumplirlo. Me parece que el precio que paga es elevadísimo. Y, claro, no hablo del importe de las cuotas.
Yo no sé si la gente laburadora como Benito tiene muchas opciones (hablo de vivienda como necesidad básica. No de autos, electrodomésticos y demás boludeces). O se endeuda por un lado, o se endeuda por el otro. Pero, ya que estamos en el baile, hay que aprender a tomárselo con soda. Como le decía a Guille, una cosa es tener deudas y otra es que las deudas te tengan.
Miralunas:
Yo estoy tratando d hacérsela pagar a Mongo Aurelio, pero todavía no me atiende el teléfono.
¿Viste que bueno está el blog de Guille? Frases cortitas, pero certeras. Y unas imágenes buenísimas.
Antiqva:
ResponderEliminarLo que importa es la hipoteca. El amor va y viene. Jajajajajaja.
Aquí ahora las hipotecas son de por vida, nunca se acaban.
ResponderEliminarTuve créditos en algún momento, ya los cancelamos ahora tengo un jardín ;)
ResponderEliminarMe gustan tus microrrelatos, son perfectos, redonditos, siempre parecen recién salidos del horno.
Besos.
Ya se ''Sentía'' grande para volver a empezar...
ResponderEliminarMuy buen relato.
Saludos
J.
A veces aunque uno no esté hipotecado también se siente con las manos atadas para intentar cambiar o mejorar. El miedo es la peor hipoteca.
ResponderEliminarTremendo, Malena! Así cuanta gente vivirá, hipotecando su vida día a día, y para no pensar, enganchados a la tele basura...
ResponderEliminarPero tiene una musicalidad este relato, no sé, algo como de tango...
Abrazos
Con tal de perderse uno, vale todo. Se había perdido de pequeño, pero dieron con él en un parque espantando palomas. Siendo mocetón, se perdió en unas malas amistades, pero le pilló una pareja de la Guardia Civil en un tris de desnucar un gato con un casco de cerveza mientras, ebrios, los compadres de parranda le jaleaban. Hombre adulto ya, responsable y obrero, cabeza de familia con letras y afiliado a un sindicato, se perdió en una hipoteca, pero su suegra lo agarró justo antes de despeñarse por una mensualidad. Hace pocos días se extravió en uno de esos clubs de alterne donde la microbiología se aliña con ginebra de garrafón. Dio con él un cuñado crápula empeñado en encontrar por todos los puticlubs de España la fulana del Senegal que le enseñó todos los secretos de la carne. Toda la vida así: perdido, encontrado. Espantando palomas, desnucando gatos, despeñándose en recibos de banco, enamoriscándose en locales de comarcal. Ahora anda por Sao Paulo o por Estocolmo, no se tiene idea certera. Se ha prometido no volver a perderse para que nadie tenga que encontrarlo.
ResponderEliminarEso me hiciste pensar al leer tu formidable post. Despeñarse en unas letras de banco, abismarse en un crédito, suicidarse en un recibo.
Malena, en esto me tocaste fuerte, conocí a un Benito que por hipotecar su vida, decidió ser "uno de esos hombres a los que les gusta asistir su propia vida, considerando impropia cualquier ambición de vivirla. "
ResponderEliminar(lo entrecomillado robado a "Seda", un libro que me encanta).
No obstante su cobardía, sigo extrañandolo...
Un beso, es un placer leerte.
saludos compañera me gusto tu blog... muchas bendiciiones, me gusto tu imaginacion tan peculiar... ;)
ResponderEliminar¡Cuidado con la casita que tanto deseas! Las casas abrazan. Atrapan. Matan.
ResponderEliminarSomos tan chiquititos y vivimos tanto para el sistema, más que para nosotros mismos.
ResponderEliminarY vos tenés tanta de esa angustia de milonga.
Gracias por cosas como estas. Son el espejo clarificador de la realidad.
Te espero por el blog.
Saludos.
Claudia:
ResponderEliminarAcá son tan caras que pensás: Si tuviera un ingreso lo suficientemente grande como para pagar esta cuota, no le estaría pidiendo plata al banco!!
Pato:
Yo ni te cuento! Nunca me desperté como Benito, eso si. Los sacaba con el recibo de sueldo como garantía, así que si me echaban ¡que le vayan a cobrar a Montoto!
Nota de la redactora: Si alguno de mis acreedores pasara por acá, solicito no tomar al pie de la letra las palabras vertidas en este blog.
Por si las moscas.
José:
Exacto! Es que Benito veía las cosas trágicamente. Pensaba que todo era así, que no tenía escapatoria. Era esa sensación la que lo hacía vivir sobresaltado. Se "sentía" atrapado por su situación. La realidad es que siempre hay salida.
Helen:
Miedo. Vivimos con miedo a todo: miedo a que no nos quieran, al fracaso, a las enfermedades, a no poder alcanzar las metas. Y a veces tenemos miedo de que la vida no sea otra cosa que este miedo constante.
Anita:
¡Son tantos! Otra cosa que quise mostrar en el relato es la postergación: creer que siempre vamos a poder cambiar las cosas. Pero si no hacemos nada, las cosas nos cambian a nosotros. El tiempo de cambio es hoy. Apartémonos de la tele y salgamos a vivir.
Emilio:
Creo que la solución para nuestro amigo es perderse por sitios menos frecuentados. O al menos, más gratos. Me gusta pensarlo vagando por Sao Paulo o Estocolmo. Pero no digamos nada más. No queremos que lo encuentren.
¡Qué maravilla lo que escribiste, compañero de barra!
Brynhild:
Esa definición que hace Baricco del personaje de su libro es buenísima.
Además ¿te fijaste que según quién mirara la vida de Hervé Joncour, podía considerarse un afortunado o un fracasado? Así pasa. Quien mire de afuera a Benito también podrá considerar que el tipo tiene la vida resuelta: un trabajo, una casita, una familia. Y es un engaño.
Orquidea:
Gracias. Pasá, ponete cómoda.
Marcelo:
Preguntale a Manucho Mujica Lainez! Hay casas que te atrapan toda la vida ... y también después.
Delaygue:
Vivimos consumiendo bienes y miedos.
Nos vemos en tu blog.
Se me ocurren varias cosas a partir de tu entrada, tal vez la más importante, por lo menos para mí, es la imposibilidad del pobre hombre de ver alternativas. Nada que nos ahogue más que pensar que solo tenemos una única opción y mucho peor para toda la vida, cuando sabemos que ya mañana no seremos los mismos que fuimos.
ResponderEliminarBue...las otras cosas no eran tan importantes.
Besos Male!
PD: Sólo por hoy hacé la dieta, yo hoy no fumo!
Insisto.
ResponderEliminarBesos rentados.
Yo creo que hay gente para los que las cuotas son una bendición, un lugar donde esconderse. Se agarran a ellas para excusar el miedo a cambiar una vida que les pesa y no les gusta.
ResponderEliminarBesos
Querida malena he estado con exámenes a si que por eso estaba ausente de visitas un placer pasar por tu hogar.
ResponderEliminarEsto de hipotecar la vida... es desde siempre.
Digamos que a la vida la pateamos muchas veces para delante.Pobre vida.Y la cancha se acaba.Sino atajamos la pelota,la vida se cansa de esperar y se termina.
ResponderEliminarAnclamos la vida en un mojón aferrados a los materiales, y se nos va el amor, se nos van los años, y las voluntades de rescatarnos...
ResponderEliminarPor suerte la mía ya está paga... Y ya he cambiado de trabajo también...
Beso
La hipoteca no es mala, permite que nuestros cuerpos tengan cobijo.
ResponderEliminar¿Dónde se contrata esa hipoteca que proteja nuestra alma de la intemperie?
Te saludo.
Alguien por ahi dijo que mucha gente se escuda en eso de las hipotecas y creo que todos, en mayor o menor medida, lo hacemos con diferentes gustos/placeres/normas/vicios...
ResponderEliminarEl tema es sieeeeempre verlo a Benito para tomar conciencia de la mochila propia!
Beso
Muy bueno. La hipoteca es un invento siniestro de la usura. Me recuerda una frase de B Brecht: ¿qué es robar un banco comparado con fundarlo?.
ResponderEliminarUna sugerencia: en la frase final me parece más adecuado: "B L no sospechó hace diez años que había hipotecado su vida". Un abrazo.
Bueno,Malena, de todas formas, nada más nacer, ya estamos hipotecados con un final a plazo indefinido, que habremos de pagar irremediablemente. El ejercicio de la libertad, por otra parte, también paga sus hipotecas; aunque sus deudas no se contraen con los bancos, sino con la vida misma. A costa de la salud, del desamor, del desarraigo, de la desorientación... Siempre hay una cuenta que saldar, nos pongamos como nos pongamos. Unas veces tenemos (fuerza, ánimo, coraje...) para pagarla y otras sucumbimos.
ResponderEliminarCon todo, llevas más razón que un santo. Solo quise ser por un momento abogado del diablo.
Besos desde la Córdoba andaluza, compañerita de barra.
Magah:
ResponderEliminarEs que el miedo no lo deja ver más allá. Siempre hay alternativas, aunque no lo parezca.
PD: Venía divino, pero hoy me comí un tremendo chocolate con maní. Estaba bárbaro. Todavía no me arrepiento, jajajajaja.
Kum:
Casi bíblico El Roto.
EL QUE PIENSA ESTAR FIRME, MIRE QUE NO CAIGA.
1 Corintios 10:10
Perdón. Secuelas de la escuela de monjas :)
Carmela:
Así es. Son una especie de coraza tan pesada que protege, pero también paraliza.
Gabriela:
Es así desde hace rato.
Se te extrañaba. ¿Cómo anduvieron los exámenes?
Nomedejes:
Y pa'delante no hay nada. Hay que aprender a parar la pelota a tiempo.
La novia:
Cuando uno es joven cree que siempre hay tiempo. Y lo urgente le va ganando a lo importante. Tendrían que enseñarnos en la escuela que el tiempo es hoy.
Rob K:
Hay bancos de valores y hasta de sangre. Todavía no hay bancos de amor.
Pablo:
La hipoteca es la excusa de Benito. También están los matrimonios malvenidos que dicen que no se separan por los hijos, los que no gastan los ahorros porque quieren guardar para épocas de enfermedad que no saben si van a venir, los que no quieren volver a estudiar porque ya están grandes ..... etc, etc, etc. Excusas sobran. Lo terrible es el miedo.
Julio:
El que no paga la cuota sería en famoso ladrón con los 100 años de perdón, jajajaja.
Es cierto: "nunca" y "diez años" son incompatibles. Tomo nota para la próxima. Este ya está cocinado.
Miguel:
Coincidimos: vivir es estar en deuda. Pero siempre es mejor pagar por la libertad que pagar el alquiler de la prisión.
Todo tiene precio.
Pero París bien vale una misa.
Por suerte nuestra barra es libre. :)
Besos argentinos.
Muy buen texto, no hay que agregarle nada, ha sido un gusto pasar por aquí dijo un fulano, mientras abandonaba raudamente una sala velatoria...
ResponderEliminarBenito es de los tiempos en que se regalaba a la novia un reloj de oro y se compraba para el nuevo hogar un juego de dormitorio sólido para toda la vida… nos tomó siglos llegar a la conclusión de que el amor eterno dura unos cuantos años…
ResponderEliminarUn beso eterno,
D.
Hipoteca, que palabra, cuenta tu vida en centavos y decide tu prisión.
ResponderEliminarBlogsaludos
Noesperesnada:
ResponderEliminarGracias por pasar, fulano.
Daniel:
El amor es finito. Lo sabemos. Hemos padecido las consecuencias. Y sin embargo, la gente se sigue jurando amor eterno en la puerta de los juzgados y las iglesias.
Un beso que parezca eterno mientras dure. (Vinicius dixit)
Adivín:
Billete sobre billete, día tras día .... corriendo tras las deudas.
Vaya vida.
...Ejem!!!.
ResponderEliminar:)
En cualquier caso, sabes que adoro tus secuelas... :)
ResponderEliminarBesos ateos.
Hay personas que no tienen el don de ver más allá de un día...
ResponderEliminarLas hipotecas permanecen los amores se pierden.
No hay que buscar momento propicio para los sueños, es mejor lanzarse a por ellos. Si no se cumplen no importa pero le darán sabor a la vida.
ResponderEliminarHola. te dejo un enlace de un programa de radio emitido en México sobre mis poesias. Saludos.
ResponderEliminarhttp://radiolince.blogspot.com/2011/03/contar-para-leer_23.html
Si quiere le doy más detalles. Prisioneros de una reclusión perpetua, ésa es la supuesta libertad económica. Besos.
ResponderEliminarJe, muy pero muy logrado Malena!
ResponderEliminarUna gran felicitación che!
Buenas Pascuas, o buen find
efa
Malena, tarde peso seguro...
ResponderEliminarUn excelente relatos de miserias cotidianas, de vidas que se consumen en su trayecto, pero sin demasiada producción. A veces es el sistema... pero muchas no.
Te dejo un beso enorme.
Humberto.
Pagamos a plazos una vida que no siempre queremos.
ResponderEliminarUn abrazo
Octavius Bot
Me encantó tu relato, sobre todo el final, un abrazo
ResponderEliminarJajá, me gusta. Me recuerda a una imagen que decía "Papá, aquí dice que puedes tener una casa o una vida. Yo quiero una vida".
ResponderEliminarY desde luego concuerdo.
Abrazos.
Male, en la barra dejé un "comentario mamotreto en el post del piecito"
ResponderEliminarBesos.
Kum* x 2:
ResponderEliminarMe enseñaste a querer al Roto :)
Igna:
El amor es efímero. Las deudas quedan.
Manuel:
El momento preciso es ahora.
Otra vez ... :
Gracias.
Javier:
Esclavos voluntarios de nuestras deudas. En eso nos hemos convertido.
Efa:
Gracias! Ya es lunes (otra vez)
Humberto:
Nunca es tarde y tu visita siempre es un placer.
Octavius:
Eso es lo peor. Ni siquiera nos gusta esa vida que pagamos.
Mixha:
Gracias. Me alegra que te haya gustado.
Un tipo:
No conocía esa frase. ¡Es buenísima!
Pato:
Yo también estoy atrasadísima con los comentarios. Leí atentamente tu comentario y coincido en todo, por supuesto.
Ahora voy para alla para comentar. Gracias por avisarme! (La verdad, como no soy la administradora no veo los comentarios si no vuelvo a la entrada).