- Lo que tenés entre las piernas es mucho más que sexo. Hacelo valer - le explicó su madre, el día que cumplió 15 años. Y sin agregar mucho más le regaló un libro cuyo título era Conceptos básicos de economía.
Después de leerlo atentamente lo comprendió.
Ella era dueña de un objeto que otros necesitaban para satisfacer sus necesidades. Si quería tener un lugar dentro del mercado no debía descuidar el packaging y la publicidad - muchos compran por lo que parece y no por lo que es - y, sobre todo, estar atenta a las leyes de oferta y demanda.
Demasiada oferta abarata el producto pero si la demanda es siempre satisfecha, el demandante dejará de sentir la sensación de necesidad por él. Una oferta adecuada es la que hace que el precio sea justo pero un precio muy elevado tiende a disminuir la demanda.
No debemos descuidar el producto aunque nos aseguren el monopolio del mercado, porque existe un canal de oferta fuera del circuito legal, conocido como mercado negro.
Cerró el libro y le quedó una duda: ¿en qué capítulo hablaban de su propio deseo?
Los deseos ni se compran, ni se venden... son propios.
ResponderEliminarBesos
Es que ese es un libro poco recomendable.
ResponderEliminarQue lo queme y que haga lo que le apetezca.
Besos.
Son, como dice el título, invaluables y, como bien decís vos, propios.
ResponderEliminarToro:
ResponderEliminarEmpezó dudando de la efectividad del libro a los 15. Espero que no lo agarre a los 30.
Buen regalo le hizo su madre.Hay demanda de todo.
ResponderEliminarMuy buena comparación del sexo con la economía!!!
ResponderEliminarY muy interesante reflexión. Creo que a los 15 (es decir, hace unos cuantos años) nuestro deseo no importaba a nadie... ahora sí, las cosas van cambiando.
Abrazos
Genial! tantas veces se han olvidado nuestro propio deseo, que a veces se nos puede olvidar a nosotras mismas.
ResponderEliminarAAAAAAAAAAAhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!
ResponderEliminar(Hoy vine vastante tempranito che)
Genial.
Hay otro problema, la invasión del mercado con productos truchos!!! parecen el original pero si los mirás bien no lo son.
Ni hablar. cada vez va a tener que cuidar más el
packaging, y en una de esas hacer ofertas por fin de temporada, y descuentos en días especiales.
Por ahí tiene la suerte de que consigue un comprador que quiere la excusividad. o también puede haber quien quiere pagarle en especies, que pueden ser diferentes o del mismo artículo.
El deseo propio...MMmmmm, a veces, se venden todos lo que estan en la góndola y queda uno solo sin vender. y bueh.
Pero no vayas a creer, hay productos que el comprador sólo puede utilizarlo cuando el producto tiene ganas...un auto, por ejemplo, ¿viste que a veces los autos andan cuando ellos quieren?
Qué capa sos eh!
hay personas que saben perfectamente qué hacen con su "objeto de deseo", han estudiado el manual a rajatabla, se aprendieron los conceptos y se teledirijen hacia sus objetivos...cuánto les importa el amor, el deseo íntimo, la vida misma? No está mal, no está bien, cada cual es dueño de hacer con su...(cómo era el dicho?)
ResponderEliminarPero como siempre Malena...me saco el sombrero ante tus escritos!
Un abrazo
En un libro como ese jamás lo va a encontrar. Pero no perdamos las esperanzas, por lo pronto lo está cuestionando.
ResponderEliminarYa está 'Se busca' en mi página, gracias amiga.
Un beso
También con eso juegan. También inventan deseos para nosotr@s. Todo está en la rueda, en el mercado.
ResponderEliminarEllos saben ponerle precio a lo invaluable. Lo necesitan. En eso consiste esto.
Mientras... Besos gratis.
...y flores :)
ResponderEliminaren ninguno, en ese libro sus deseos pasan a la nulidad más perfecta
ResponderEliminarUhhhh mal libro para leer a cualquier edad, en esa literatura el deseo no existe, sos una maquinita, que mejore la biblioteca y no le de bola a la vieja!
ResponderEliminarBesos
Ayy...que tema. Cuanto tardamos en ir por nuestros propios deseos? Cuanto tiempo le dedicamos a los deseos de otro?. Como siempre enriquecedor lo tuyo Malena. Un beso.
ResponderEliminarMaruxela:
ResponderEliminarHoy por hoy, todo está en el mercado y todo tiene precio. Lo supe después de ver Propuesta indecente. :)
Anita:
Yo creía que hoy en día las cosas estaban funcionando mucho mejor, pero todavía es normal leer en las revistas femeninas artículos como "Sexo en la primera cita ¿si o no?", remarcando que tenemos que ir por lo que nos conviene y no por lo que queremos.
¡Sexo cuando los dos tengan ganas y listo!
Claudia:
Es que nos enseñaron a avergonzarnos de nuestro deseo, que es mucho más triste.
Roberto:
Eso del trueque por un producto parecido me gustó. Sería un precio justo para el que ofrece y para el que demanda.
Tenés razón. A veces compramos un auto de última generación, divino, computarizado y después anda cuando quiere él ... y así no vale!
Emma:
Hay personas que saben manejarse en el mercado, cuando les conviene "entregar" y cuando no. Como estas transacciones son privadas, cada uno podrá hacer con su producto lo que le viene en ganas porque no perjudica a nadie.
Pero yo toda mi vida fui mala negociante.
Patricia:
¡Menos mal que lo cuestiona!
Gracias por publicar Se busca.
Kum:
Siguen existiendo cosas que no tienen precio.
Yo te cambio besos por flores. ¿Es negocio? :)
Laura:
Según ese libro, el deseo debe estar en el que demanda. El deseo del que ofrece arruina la transacción.
¡Qué horrible!
Pato:
La vieja no contaba con el deseo de la nena. Espero que eso la salve!
Dany:
Vivimos en una sociedad que sobrevalúa el deseo. Nos bombardean con fotos, pornografía, mensajes al 2020, etc, etc, etc. O sea, exponen al sexo como un producto que se compra o se vende. Pero siempre, en mayor o menor medida, fue así. Nuestras abuelas nos enseñaban que la mujer que no maneja su deseo es una putita, que no te tenías que dejar "usar" por tu novio, que había que "hacerle el favor" al marido.
La pregunta es siempre la misma ¿el deseo de uno quién lo satisface en esa teoría de mercado?
Creo que la mejor solución es la que propone Roberto: troquemos deseo por deseo.
Quisiera creer que hoy en día esa batalla es solo de la fémina. Lamentablemente, el descarnado, vulgar, mediocre coqueteo que hoy está en boga no es condicionante solo para las mujeres.
ResponderEliminarYo soy mas amigo del sincericidio, la calentura, y las noches en vela.
...Hecho!
ResponderEliminarBueno, aunque de primera me surge el rechazo total, pensándolo bién, no es mala cosa que aprenda ese punto de vista para saber defenderse en la vida,siempre y cuéndo también sepa valorar el valor que tiene para ella misma y para satisfacer su propio deseo.
ResponderEliminarMe gusta lo que escribes Malena
Un beso
tiremos a esa mamá del tren! pero con la duda se empieza y yo, que soy una descreída irredenta, pongo fichas que esa piba entendió todo. ojalá le haya ido bien en el examen y haya sacado 10 en deseo.
ResponderEliminartodo eso de economía sabe usté??!! y de corrido? ademas de todo lo demás?
mire, mi sombrero no es como el del puntito, pero casi le digo que se pone manos para aplaudirla!
se vemo en el carnaval!
excelente pregunta final!
ResponderEliminarmi cabeza, cuando leyo la primera frase "Lo que tenés entre las piernas es mucho más que sexo" completo: porque es el sexo que yo quiero!
el deseo supera todo mercantilismo.
lo que para alguien vale mucho, para otros nada.
el que yo deseo, vale el mundo (para mi)
besos!
La necesidad de venta (o deseo), siempre existe.
ResponderEliminar¡Qué clases tan buenas! d'economia. Seguro que le sirven.
Gran lazo el que has encontrado.
Un saludo.
Yo conozco a personas que utilizan el sexo para conseguir lo que quieren.
ResponderEliminarY conozco personas que siguen los impulsos de su deseo.
Me gustan las segundas, se parecen a mi.
Lo que hay entre las piernas solo se comparte cuando apetece y con quien apetece.
La analogía es muy ingeniosa y en su universo de humor y metáfora no le sobran ni le faltan reflexiones. Pero el deseo es otra cosa. Al menos entre los que sobrepasamos los quinces, el deseo es compartido. Intuición, instinto, comunicación… y el mercado se queda afuera.
ResponderEliminarAhora, en plena adolescencia pretender la comunión del deseo mutuo es sin duda una lección de economía… economía de recursos de la madre.
D.
Una manera elegante de hablar de prostitución... terrible!
ResponderEliminarEl propio deseo y el objeto de nuestro deseo es lo más importante, para lo demás no se nace.
Besotes, impecable relato!
Tano:
ResponderEliminarEso de andar retaceando el deseo fue, históricamente, cosa de mujeres (¿conocés la historia de Lisístrata?) pero últimamente se está extendiendo. ¡Con lo lindo que es dejarse llevar por las ganas!
Kum*:
Sale. :)
Carmela:
Espero que lo entienda. La satisfacción mutua de mutuos deseos no tiene precio.
Miralunas:
Yo de economía, cero. Si querés te muestro los resumenes de la tarjeta para confirmarlo, jajajajajaja.
No vemos, mascarita.
Lila:
Es que para comerciar tenés que tener la mente fría. Por eso la calentura queda fuera de mercado! :)
Jou:
Espero que no la encontremos publicitando su producto en Mercado Libre. Uno nunca sabe cómo interpretan las enseñanzas los hijos.
Guille:
Prefiero las segundas también, sin dudas.
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ResponderEliminarDaniel:
ResponderEliminarA los 15 todo es ganas. No sabemos qué, pero queremos. No se puede hablar de deseo sexual consciente y compartido. Es sed y querer saciarla. Y los intentos maternos para que no nos tomemos una botella de nafta son infinitos y la mayoría de las veces, errados!
Después aprendemos a catar y, entonces si, se convierte en algo invaluable.
Mai:
El sexo como transacción es universal, histórico y muy muy triste.
¡Qué chulísimo!
ResponderEliminarLa verdad es que no interesa introducir un capítulo sobre el deseo en un Tratado de Economía (la pasión se carga el sistema).
Mil besos gratis,
Una vez que nos encontramos y dejamos al deseo salir, el resto se vuelve puro placer. A los quince... a los quince somos hormonas curiosas, nada más.
ResponderEliminarUn beso grande :)
Ah, amiga, veo que tienes solidos conocimientos de Economia...
ResponderEliminarUhm, las curvas de la Oferta y la Demanda, que se cruzan en el punto exacto de su equilibrio...
Ah, esas otras curvas, tan deseables siempre...
No, si sera verdad que al final el amor surge de la sabia combinacion de curvas muy diferentes...
Je,je,je...
Un abrazo, Malena
demoledora comparación del cuerpo con un negoci. Me gustó.
ResponderEliminarBuff, menos mal que al final se dio cuenta que no quería ser una prostituta. ¿Todos lo somos, de una u otra forma, no?
ResponderEliminarMuy bueno, Malena
HOLA LINDA
ResponderEliminarYo supongo que todo depende de la transaccion que se realice en el momento: Costo-beneficio. Si ella recibe de lo que da o un poco mas, entonces el negocio va por buen camino......¿Manejaria la chica en caso de negociar, radicacion de facturas y nomina?
BESOS
STAROSTA
(UN PRODUCTO DE TU IMAGINACION)
Vaya madre, vaya consejos... Muy bueno, Malena, Y duro.
ResponderEliminarAbrazos.
Feliz Día!!
ResponderEliminarUn buen texto, Malena. Me gustó.
ResponderEliminarAbrazos fuertes,
PABLO GONZ
Genial texto Malena, para enmarcarlo. Saludos
ResponderEliminarMalena, me gustaría leer este relato en la radio, puedo?
ResponderEliminarBesos.
Ja ja! Buenisimo! Y hay que cuidarlo, ya que la oferta va en descenso!
ResponderEliminarHabrá que descubrirlo a medida que se vive.
ResponderEliminarEsa es la parte más divertida.
Beso
Mi mamá me cagó años de mi existencia de una forma bastante más simple: "Hay mujeres que son para divertirse y mujeres para casarse... y vos tenes que ser de las que se casan"... por suerte siempre fuí una contrera bárbara.
ResponderEliminarVos sos invaluable... :)
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