Como casi todos, mi viejo vivió varias vidas.
Tuvo una infancia rural llena de hermanos y anécdotas. Fue jugador de fútbol, bailarín, cantor - salió tercero en un concurso de tangos donde participaban tres -, fue novio, marido, padre, abuelo, repartidor de un almacén, empleado en una fábrica de pastas, sindicalista. Anduvo en bicicleta, en autos destartalados, en autos mejores. Construyó con su suegro su casa, pegando ladrillo por ladrillo, pero llamaba a un electricista para cambiar una lamparita. Jugador empedernido de cartas, poco amigo de las grandes demostraciones de cariño pero regalador de buenos consejos.
Se le rió en la cara a la parca tantas veces. Pero el último tiempo se había cansado de tanto transmutar y contrató a un actor que se le parecía bastante para que ocupara su lugar. Pero no había caso. No se reía como mi papá. Por eso el domingo se cansó de representar la farsa y renunció.
El actor renunció. Mi papá no.
Él sigue silbando una canción mientras lleva en bicicleta a la escuela a la nena que fuí.
Tuvo una infancia rural llena de hermanos y anécdotas. Fue jugador de fútbol, bailarín, cantor - salió tercero en un concurso de tangos donde participaban tres -, fue novio, marido, padre, abuelo, repartidor de un almacén, empleado en una fábrica de pastas, sindicalista. Anduvo en bicicleta, en autos destartalados, en autos mejores. Construyó con su suegro su casa, pegando ladrillo por ladrillo, pero llamaba a un electricista para cambiar una lamparita. Jugador empedernido de cartas, poco amigo de las grandes demostraciones de cariño pero regalador de buenos consejos.
Se le rió en la cara a la parca tantas veces. Pero el último tiempo se había cansado de tanto transmutar y contrató a un actor que se le parecía bastante para que ocupara su lugar. Pero no había caso. No se reía como mi papá. Por eso el domingo se cansó de representar la farsa y renunció.
El actor renunció. Mi papá no.
Él sigue silbando una canción mientras lleva en bicicleta a la escuela a la nena que fuí.
Primero lo primero ¿como estas?
ResponderEliminarRecibe un abrazo de apoyo (por una vez y sin que sirva de precedente) sin intenciones picantes.
Segundo: Una entrada genial.
Si podemos obviar la tristeza del desenlace (tan proximo), has contado una vida de una manera tan original y natural.
Ese excelente logro de ser tercero de tres, construir su propia casa y llamar para cambiar una bombilla (te dire que se pide que lo hagan por ti solo lo que se puede. Lo sé porque soy de ese tipo de comodones).
Y la belleza llena de ternura del ultimo parrafo. De lo que es importante y nunca desaparecera de nuestra memoria. De esos momentos en los que pensaste que esa persona era la mas importante del mundo.
Un lo siento para que te acompañe, un felicidades para como nos lo has contado.
Hacer de la muerte un momento de homenaje, de ternura, de sereno recuerdo y de agradecimiento y amor, es el mejor regalo que podemos hacerle al que se va.
ResponderEliminarAunque se quede.
Eres fascinante, mi querida Malena.
Calma y amor. Y besos.
ay, malena...
ResponderEliminarno puedo decir nada, mas que mandarte un abrazo grande, que te llegue. aun sin conocernos, te abrazo largo y cargado de cariño y fuerzas.
todos los pensamientos positivos para vos y tu padre.
besos.
Lila.
Y seguro que es el papá mas orgulloso del mundo llevándote en esa bici y silbando de felicidad.
ResponderEliminarBella imagen oara guardar en tu corazón.
Un abrazo enorme Malena.
Que dulce sos, querida.
ResponderEliminarMuy lindo Malena.
ResponderEliminarEl verdadero protagonista siempre quedará en tu corazón.
Abrazos y besos.
Puedo sentir la emoción de tus letras como propias, mi viejo se pareció bastante al tuyo. Tanto que también salió tercero en un concurso de tres ;)
ResponderEliminarPor siempre seguirá silbando para vos, mientras te lleva en bicicleta, así son los papás que amamos.
Un fuerte abrazo Malena.
Malena. Me hiciste llenar los ojos de lágrimas. Pero yo no debería decirte esto. yo debería decirte que todo va a pasar, y bla bla bla. pero ¿qué sentido tiene hacerce el que todo pasa?
ResponderEliminarTodo pasará a su debido tiempo, eso de "bancatelá" no sé si es un buen consejo. Llorá y reí y recordá y besá a tus hijos y abrazate de quien te ama y bueh, viví (y te lo dije todo seguidito, sin comas, porque es así, sin programación, todo junto como es la vida.
Hacé de cuenta que estoy ahí para darte un beso y un fuerte abrazo.
Malena, es un homenaje muy grande, como debió serlo tu padre, especialmente para ti que le admiras desde la bicicleta guardando para ti la imagen misma del amor y la libertad.
ResponderEliminarÉl ahora es libre, tu libre de escoger el momento que quieres compartir con él, y has escogido, para mi, uno precioso.
Un gran abrazo para la nena que fuiste y para la grande que eres hoy
Haces muy bien en quedarte con esa imagen, una bici, un padre llevándote y silbando, mejor imposible.
ResponderEliminarMalena, abrazos.
ResponderEliminarComo padre solo puedo alegar, que estaría encantado si mi hija me recordara, igual que lo hace tu.
De las cosas mas lindas que leí en los últimos tiempos.
ResponderEliminarLo que uno fue... así como también los que fueron con uno son tan parte de nuestra vida como cada gota de sangre que nos recorre. Y cada paso que das, está repleto de esas bicicleteadas a la escuela con tu viejo.
Un fuerte abrazo
Male, primero te abrazo muy fuerte, y más...
ResponderEliminarY ojalá que se encuentre con el ajedrecista, (mi viejo) estoy segura que ambos podrían construir buenas casas sin lamparitas y seguir llevando a la escuela de bicicleta a la niña que fuimos.
Estercita
Malena, poco puedo agregar. Mi abrazo. Hace poco pasé por lo mismo, con mi padre, y las palabras que me dijeron en esos momentos, me ayudan cada vez que se filtran los recuerdos. También el me sigue llevando de la mano a la cancha mientras silba un tango. Beso.
ResponderEliminarJo.
ResponderEliminarMe conmoví hasta el tuétano de los huesos.
Lo siento mucho.
Un abrazo Malena.
Desde acá mis brazos, mis mates y mi corazón
ResponderEliminarDicen que para los padres somos siempre unos niños, sus pequeños. Pero no es menos cierto aplicar el adagio a la memoria de los hijos. Nuestros padres son, pese a la evidencia del tiempo, aquellos que dirigieron el tráfico de nuestra infancia, desfaciendo entuertos, alimentando un adulto. Hoy, con la distancia, la edad y los recuerdos nos hermanan.
ResponderEliminarGracias por escribir esto Malena.
ResponderEliminarPapá y yo estmaos en la estapa anterior, en la del actor, vos me has ayudado a comprenderlo con infinita suavidad y ternura.
Lerte me ha hecho bien y me ha hecho mal. O me ha hecho muy bien, pero es como si huibiese estado sosteniendo hielo con la mano. Viste cómo duele cuando por fin lo soltás?
Un beso Malena, ojalá te llegue tan dulce y suave como a mí tus palabras
Un fuerte abrazo, Malena. Y gran micro, a la altura de los sentimientos que muestra.
ResponderEliminarPABLO GONZ
Muy lindo hermanita.
ResponderEliminarSi logro ser la mitad de buena persona que papá y que me quieran la mitad de lo que lo quisieron a él, me puedo considerar realizado
tragando saliva te dejo mi compañía y me dispongo a ir a hablar de futbol con el mío,
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Me dejo usted sin palabras, Srta. Malena.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, fuertísimo y sentido.
La siguiente copa va a su salud y sobretodo a la de su viejo, siempre que me permita nombrarle así.
De nuevo, un fuerte abrazo.
Octavius Bot
sabes, Piba? cuando no me siento bien, aún necesito las frescas manos de mi padre recorriéndome la cara. y siempre extraño las revistas del Pato Donald que me compraba en las gripes, cuando yo andaba ya por Corin Tellado.
ResponderEliminary ha pasado tanto tiempo...
en fin, que estoy tomando un rico vinito y levanto mi copa por tu padre y todas sus vidas.
Y por su bicicleta!
ya te daré el abrazo.
Un recuerdo muy dulce se queda con vos y muy bien has sabido sacar lo que necesitabas decir sobre él.
ResponderEliminarNo puedo hacer más que mandarte un gran beso y abrazo. Siempre vienen bien en estos momentos!
Maravillosamente escrito...quién puede pensar en como está escrito ante semejante ausencia, pero sabés está maravillosamente escrito, porque está escrito con el corazón en la mano, y cuando la tinta es el sentimiento llega hondo la palabra.
ResponderEliminarTe entiendo y mucho más de lo que crees, pero sabés otra cosa...me dí cuenta ante la ausencia de los mis viejos, que los padres nunca se van, solo toman distancia.
Seguramente sonríe y silba sobre tu hombro, sin dudar sonreí, a nosotros los papás, no nos gusta ver llorar a nuestras hijas...estemos donde estemos.
Hoy te dejo un beso inmenso y apretado.
Juan
Intuyo que algo va mal, Malena, pero no sé lo que es. Poco puedo hacer desde aquí, quizás contarte que te he leído hoy y se me ha encogido todo. ¿Cómo puede ser?
ResponderEliminarUn beso enorme,
Lo siento mucho, Malena. Espero que estés lo mejor posible y que guardes ese recuerdo tan lindo de lo que fué. Un beso.
ResponderEliminarUuuf, me sorprendió mucho la inclusión del actor, y como tejés el final a partir de ahí.
ResponderEliminarRealmente un tema muy sensible, además, buena elección de foto.
Besos Malena.
Será siempre el protagonista y el que lleve a tu niña adentro a montar bicicleta en tardes soleadas mientras narra seguramente alguna historia. Que hermosa manera de despedirlo, de agradecerle y de honrarlo. Gracias inmensas por compartirlo. Un abrazo profundo y largo.
ResponderEliminarMale , hasta hoy vengo , casi no he visitado bloggs ....
ResponderEliminarSolo te puedo decir que tuviste la fortuna que tu padre te llevara en Bici , que bonitos recuerdos has de tener de el
En mi caso lo perdí muy pequeña tengo ese vació aun en mi corazón ... Eres afortunada Male ...
El estará junto a Ti siempre , siempre Male
Un beso Male!
ResponderEliminarA todos:
ResponderEliminarMuchas gracias por llegar, por leer, por comentar, por acompañarme.
A mi hermano:
Considerate realizado, entonces. Te adoro, nene.
¡Que homenaje tan sencillo, y tan bello, y tan sentido...!
ResponderEliminarEn alguna de las frases que has escrito está encerrada toda una novela, toda una historia, toda una vida...
Un abrazo muy fuerte, Malena... Piensa que el seguirá vivo mientras esté en tu mente...
Me emocionó mucho lo que escribiste… hace algún tiempo pasé por esto y francamente no tuve la entereza de entender que el viejo sigue enseñándome a andar en bici o hacer asados.
ResponderEliminarAlgún que otro homenaje perdido le dediqué a destiempo, pero satisfecho de haber terminado entendiendo sus lecciones (+) y veo que en tu caso, aprendiste más rápido.
Ánimo, y a celebrar su vida.
Un abrazo fuerte,
D.
Un abrazo fuerte y mucho ánimo desde este rincón.
ResponderEliminarPortentoso. Dibuja una realidad clara y concisa con una ternura disfrazada de frialdad.
ResponderEliminarBlogsaludos
Un gran abrazo, y que siga silbando. Besos.
ResponderEliminarQuerida amiga: me conmovió mucho este post.
ResponderEliminarLo siento mucho.
Te dejo un fuerte fuerte abrazo.
Se ve que quieres a tú papá.
ResponderEliminarsaludos, te sigo.
que bien escribes.
ResponderEliminarme voy con el corazon estrujado.
¡qué bello que todavía la nena lo lleve de la mano!
ResponderEliminarhttp://yaestaescrito-guille.blogspot.com/
NAVEGANDO COMO DICEN ESTOY, QUE BELLA PARADA TECNICA LOGRE. EN TRES LINEAS RECORRI TU INFANCIA REMARCADA POR UN PROFUNDO AMOR, FELICIDADES.
ResponderEliminarMuy emotivo, ¿qué más voy a decirte?
ResponderEliminarUn beso grande.
HD