Todos nos fuimos, nena.
Todos sentimos esa necesidad tremenda de irnos, de crecer, de buscar, de encontrar, de saber. Todos probamos, elegimos, acertamos, nos equivocamos, volvimos a intentar.
Pero ahora te toca a vos.
No puedo evitar darte consejos, perdoname. Son cosas de tía. Pero no me hagas mucho caso - ni a mí ni a nadie - porque no hay recetas infalibles.
De todas maneras, te digo:
- Es mentira que siempre hay tiempo, no te lo creas. Hoy es tu tiempo. Hoy podés todo. Mañana las obligaciones y el miedo te van a obstaculizar los caminos.Yo tenía 18 ayer, hace nada, y hoy amanecí con 20 más. Parece mentira pero así de rápido pasan los años. Aprovechalos.
- Sé intrépida, pero no dejes de cuidarte. Tomá riesgos y tomá precauciones en la misma medida.
- Cuando sientas que la nostalgia te puede, pensá que siempre acá vamos a quererte y esperarte. No estás sola. Solo estás lejos.
- Date permiso para equivocarte, no te frustres frente a los proyectos fracasados. Que nada te quite las ganas de volver a intentar.
- Cuando te sientes dentro de algunos años a hacer un balance - porque irremediablemente todos lo hacemos - que tengas la certeza de que estás donde sea que estés porque tus propios pasos te llevaron ahí. No sigas ciegamente a nadie, cree en vos para poder creer en los demás.
- Hagas lo que hagas, amalo.
Es tu cumpleaños hoy?
ResponderEliminarMuchas felicidades Malena.
Buenos consejos le has dado.
Esa peli me encanta.
Besos.
No, Torito. Magdalena es mi sobrina, de 18 años, que hoy se va a vivir a otra ciudad, para estudiar.
ResponderEliminarPero al final, hay que irse, Malena.
ResponderEliminarPara crecer, a veces hay que irse.
ResponderEliminar(A los 18 y siempre).
Preciosos y acertados consejos.
ResponderEliminar¡Bravo!
Usted, quédese.
ResponderEliminarBien aconsejado. ¿Su juventud efervescente le permitirá oírlos?
ResponderEliminarUn beso, Malena
:`)
ResponderEliminarQué emoción estas palabras a tu sobrina y el estracto de esta peli que tanto me gusta.
Los chicos de Pehuajó (y de los pueblos del interior) siempre nos vamos a los 18, yo también me fui.
Tengo dos hijas, una tb de 18, que al tener cerca la universidad, no se va y admira a los chicos del interior por eso, los ve valientes, soñadores, como mas grandes que ella.
Yo pienso por dentro, ella de alguna forma tb se irá, como se fue su hermana, que regresa y regresa, pero ha necesitado irse para crecer.
Divagaciones de madre, bah...
Besos y dejo el comentario en anónimo, pero soy Pato.
Helen:
ResponderEliminarVan desde el corazón. Ojalá le sirvan.
Curiyú:
Me quedo (no quiero crecer más!) :)
Torcuato:
Ah, seguro que no. La experiencia es intransferible. Son más expresiones de deseo que consejos.
Pato:
Yo me fui a los 17. Me faltaban 3 meses para los 18. Porque acá es así; terminás la secundaria y si querés seguir estudiando te tenés que ir. Vos lo sabés.
Elegí Mar del Plata, porque Buenos Aires me mata, me ahoga, me supera.
Viví 7 años allá y me enamoró el mar. Pero volví. No me tiró la tierra, sino los afectos.
Cuando mis hijos se vayan .... no, no quiero pensarlo todavía.
A volar hacia el sol, Magdalena,
ResponderEliminarestrenando las alas del vuelo,
más allá de tu cielo
hay un mundo que vale la pena.
Universos de luna morena
donde esperan los sueños en celo,
porvenir paralelo
con un suave trajín de colmena.
Nunca es fácil crecer, bien lo sabes,
pero tienes las llaves
y el impulso de andar en la mano.
Otra vida será mientras tanto,
con la dicha y el llanto
de volver cuando acabe el verano.
Porque siempre se puede volver. Magdalena, (que bello nombre) a comerte el mundo.
Ay el ejemplo de la tía "huyera". :)
Che, pasan cosas buenas en Buenos Aires. Podría citarte más de una. :)
Irse es vivir. Darse de bruces con lo desconocido es crecer. Abrirse.
ResponderEliminarSi quieres a tus hijos... mándalos lejos. Que vean, que conozcan, que rompan sus sueños en mil pedazos para poder fabricar otros nuevos.
Irse no es soledad, sólo es distancia.
Se respira mucho amor en tu canción.
Besos que siguen yéndose
Todos nos fuimos y siempre alguien quedó.
ResponderEliminarY llega un momento en que el que se queda es uno, y para el que se va lo mejor es saber que el que se quedó está ahí, esperando, pero diciéndole,"¡Dale, dale, seguí aleteando cada vez más fuerte"!, porque, como son pichones, esa seguridad del nido es como una protección dónde sea que estén. Siempre es bueno saber que tenés un lugar a donde volver. además es la vida, uno no puede caminar y caminar eternamente, en algún momento das la vuelta. Bueno, no hice más que decir lo mismo que vos.
A los 18 años todo está adelante, nada atrás, solamente ese nido.
También tomaré los consejos, que son buenísimos, Malena.
ResponderEliminar¡Suerte a Magdalena. :)!
Saludos.
Llegar por nuestros propios medios y bajo nuestra decisión y voluntad, es algo que realmente no tiene precio!! Y como usté bien dice, "sea a dónde sea", porque además, tenemos que ser responsables de nuestros actos!!!
ResponderEliminarAbrazotes!!
Carlos:
ResponderEliminarEs hermosísimo lo que escribiste. Magdalena seguramente lo imprimirá para llevarlo con ella. Gracias! Y debe haber Aires Buenos en Buenos Aires también, no lo dudo.
Kum:
Se respira mucha sabiduría en tus palabras. Qué bueno que no terminaste de irte.
Roberto:
No sé si dijiste lo mismo, pero tus palabras me emocionaron mucho. ¿Sabés que cuando me fui yo siempre me consolaba pensando que podía volver cuando quisiera? ¿Sabés que aún hoy, mujerona de casi 40, llamo a mi mamá cuando estoy triste? Porque nos vamos, pero no nos perdemos.
Edgar:
Ojalá te sirvan. De corazón.
Cando:
Para el resto de las cosas está Mastercard. :)
Pero, hablando en serio, tomar las decisiones fundamentales de nuestras vidas libremente, elegir sin que nos manipulen, creer en nuestro proceder, es lo mejor que nos puede pasar. Y, por supuesto, hacernos cargo de los beneficios y desventajas de eso.
¡Bienvenida!
Malena, si no te importa voy a pasarle estos sabios consejos "de tía" a mi hija de 17...
ResponderEliminarSabina tiene una canción como el título de tu entrada, ¿la has escuchado? No va de este tema, pero merece la pena...
Besitos,
una abrazo a Magdalena que seguramente sabrá elegir, como todos lo hemos hecho, me quedaría con la última frase de esa despedida de una película que escarbo en el interior de todos nosotros, "hagas lo que hagas hazlo con amor"
ResponderEliminarbesos
Tomás acaba de citar la frase que más me pegó en la vida "hagas lo que hagas ámalo"
ResponderEliminarE tambien aunque no tenga que ver, impagable la escena final de todos los besos
Además de encantarme tu mensaje a Magdalena, estoy de acuerdo con todo.
Sin miedo de ser feliz!
Besos
Estercita
Así es Malena, no podemos evitar dar consejos a los jóvenes que amamos. Y ellos lo saben y escuchan con el mismo amor con que son dichos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bonito, bonito. Tarde o temprano le servirán estos consejos.
ResponderEliminarBesos.
Muy buenos consejos.
ResponderEliminarLas bondades de ser tía y poder observar cómo inician sus caminos.
Y esa escena de Cinema Paradiso es hermosa.
:)
Gracias por visitarme.
Saludos!
Alice:
ResponderEliminarTodos tuyos y de ella. :)
La canción es bellísima y por eso el título de la entrada. Pero, claro, no era muy ilustrativa de este tema.
Tomás:
Yo también me enamoré de ese frase. Es lo mejor que se le puede desear a alguien, no?
Estercita:
¡La escena de los besos me emociona cada vez que la veo! Y la he visto mil veces.
Patricia:
Son consejos y son deseos. Ellos los escuchan pero después deberán aprender solos. Y cuando sean viejos se los repetirán a los jóvenes que aman. Así es el ciclo. :)
David:
¡Ojalá! Besos.
Emilia:
Precioso tu blog ... los textos,las fotos. Un placer haberlo encontrado y recibir ahora tu visita.
Ver crecer a los niños de la familia es volver a ser niños, de alguna extraña manera.
Ay! sabes que me hiciste llorar?!
ResponderEliminarno se bien por qué... si me puse en mi lugar de madre, o aun sigo en mi lugar de hija, pero por todos esos lados me conmovieron mucho tus palabras.
Beso grande.
Tranqui, no soy de rendirme. ¿Sabés qué pasa? me gusta tirar cuetes pa ver qué dice la gente.
ResponderEliminarCapáz que estoy esperando que me digan lo que vos me dijiste. Tampoco quiero analizarlo mucho.
De lo que yo escribo (en mi blog) creeme la mitad (No se lo cuentes a nadie que voy a perder popularidad).☺
acá estoy, moqueando. me hiciste acordar de mi tía, el día que me dijo: nunca cambies la felicidad por la seguridad y el día que me fui de gualeguay; y cuando me dí cuenta que las alas de mis hijos estaban listas para volar y los empujé hasta el bordecito de la ventana.
ResponderEliminarte dije que es re lindo haberte encontrado, malena?
augurios para la magdalena! que oigamos hablar de ella!
Lila:
ResponderEliminarEs que desde el lugar de madre se puede recordar a la hija adolescente que fuimos. Y vernos así emociona. Dan ganas de hablarse desde el yo adulto, aconsejarse. Pero ya pasó el tiempo.
Roberto:
¡Qué suerte! Yo a veces digo cosas para provocar incendios, también. Generalmente, solo logro un par de chispazos. :)
Shhhh, quedat tranquilo. Es nuestro secreto.
Miralunas:
Todos volamos y todos necesitamos el empujoncito. Y queremos que vuelen, pero también queremos protegerlos siempre para que no sufran con las caídas.
Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un dia
nos digan adios.
Serrat.
Hermosa Peli , Felicidades a Magdalena , atrasados pero le deseo Felicidad ...
ResponderEliminarQue Poema le ha regalado Carlos , que corazón tan grande tiene ufffff por eso es que lo queremos tantísimo :)
Male aun con muchas cosas por casa mi nietecita esta mejorcita pero aun con mucha Tos
Un abrazo con cariño , esperando el regreso de Carlos
Besos Male Besos
Amiga, fijate, ya lo dijo el poeta: ayer por la mañana fue jueves, pero por la tarde cambio y se puso lunes...
ResponderEliminarPor lo visto, nadie se dio cuenta.
Un abrazo fuerte, amiga
Magda, hacele caso a tu tía... tiene toda la razón toda toda...no les des el gusto, los demás siempre llegaron tarde
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