"Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta."
Proverbio chino
Susana:
Te escribo para decirte que no insistas; no te voy a dar el jarrón de la abuela. Era tu abuela también, si, pero la que la cuidó todos estos años fui yo mientras vos ibas de baile en baile. Y bien sabés que era bastante hincha pelotas. Ahora te vas a escandalizar con lo que digo y vas a andar diciendo por ahí "qué barbaridad, mirá lo que dice de la pobre abuelita". Pero era insoportable tener que andar licuando la comida porque veía grumos por todos lados y cambiarle cinco veces la ropa por día porque se hacía pis y no quería usar pañales (¿sabés lo que pesaba?). Claro que la quería. Cómo no la iba a querer si nos crió cuando mamá se fue. Por qué te crees que la bañaba, la peinaba, la sacaba a pasear todos los días; el último tiempo hasta le daba de comer en la boca. Pero ¿vos dónde estabas Susanita? Diez años estuvo enferma, diez. ¿Cuántas veces viniste a visitarla en ese tiempo? Cuatro o cinco, pará de contar.
Ahora aparecés para reclamar el jarrón. Y ya sé que te dije en el velorio que te lo iba a dar. Pero no te lo voy a dar un carajo. Prefiero hacerlo pedazos contra el piso.
Carmen
PD: Espero que no te enojes. Al fin y al cabo, somos hermanas. Cariño a los chicos.
Proverbio chino
Susana:
Te escribo para decirte que no insistas; no te voy a dar el jarrón de la abuela. Era tu abuela también, si, pero la que la cuidó todos estos años fui yo mientras vos ibas de baile en baile. Y bien sabés que era bastante hincha pelotas. Ahora te vas a escandalizar con lo que digo y vas a andar diciendo por ahí "qué barbaridad, mirá lo que dice de la pobre abuelita". Pero era insoportable tener que andar licuando la comida porque veía grumos por todos lados y cambiarle cinco veces la ropa por día porque se hacía pis y no quería usar pañales (¿sabés lo que pesaba?). Claro que la quería. Cómo no la iba a querer si nos crió cuando mamá se fue. Por qué te crees que la bañaba, la peinaba, la sacaba a pasear todos los días; el último tiempo hasta le daba de comer en la boca. Pero ¿vos dónde estabas Susanita? Diez años estuvo enferma, diez. ¿Cuántas veces viniste a visitarla en ese tiempo? Cuatro o cinco, pará de contar.
Ahora aparecés para reclamar el jarrón. Y ya sé que te dije en el velorio que te lo iba a dar. Pero no te lo voy a dar un carajo. Prefiero hacerlo pedazos contra el piso.
Carmen
PD: Espero que no te enojes. Al fin y al cabo, somos hermanas. Cariño a los chicos.
Que le dé la urnita con las cenizas, jarrón, urnita, segual. :)
ResponderEliminarProverbio tailandés: el que tiene el jarrón que lo conserve y el que no, no.
Besos a las chicas.
Carlos:
ResponderEliminarNo es mala idea. Pero me dijeron que Carmen, ni ésta le quiere dar.
La sentencia es del nene (que, en realidad, la tomó de mi padre que, en realidad, andá a saber de dónde la sacó). El nene es mi hermanito chiquito y hermoso que apenas cuenta con 30 añitos y del que tenemos que hablar muy bien porque suele visitarme. :)
Y que cuando te inunde una tristeza no te hagas la buenas y dadivosa, cuando se pase te pueden mandar al carajo!
ResponderEliminarMe encantó, Malena. Rezuma ese humor tan tuyo y esa mala hostia que tanto me gusta en tí.
ResponderEliminarLas herencias sacan siempre lo peor del ser humano. Ni modo.
Besos, con jarrón o sin jarrón.
Que modo tan terrible de recrear el cuento de la cigarra y la hormiga...
ResponderEliminarY que grandes verdades encierra el proverbio chino... Uno, en cuanto está contento, lo promete todo...
Un abrazo, Malena
Yo le daría el jarrón pero desde unos siete u ocho metros de distancia y con toda mis fuerzas para ver si le acertaba en mitad de la frente.
ResponderEliminarBesos.
Yo le regalaría la botella de oxígeno, la dentadura postiza y el orinal de la abuela...
ResponderEliminarEse proverbio chino hay que llevarlo tatuado en las manos para leerlo antes de darle al teclado.
Un besazo, Malena.
Genial, Malena. Retratas exactamente lo que pasa en muchas familias con la herencia. No sé si el jarrón tiene algún valor pero es igual, lo importante es que "la abuela era mía" y ahora que no está, más.
ResponderEliminarUn abrazo
Ahh, entonces debo decir "gran pibe el nene", siempre lo dije. :)
ResponderEliminarBesos mañaneros.
Esto es real? Yo le haría añicos el jarrón en la cabeza, porque viví la misma historia con mi abuela, y cuando se murió, aparecieron los jarroneros. Besos, Yuyo.
ResponderEliminarMagah:
ResponderEliminarY no ponerte buena y dadivosa pensando que los otros se van a conmover. Después te ponen un patadón en las nalgas igual.
Kum:
Las relaciones familiares son difíciles, porque hay que luchar entre el amor filial y las rabias que siempre existen. Mala hostia ... ya te voy a agarrar. :)
Antiqva:
Ni la felicidad ni la rabia nos dejan pensar claro.
Toro:
¿Querés el jarrón? TOMA (directo a la cabeza). Yo creo que también haría lo mismo. Pero carmencita era una buena, en el fondo.
Alice:
Jajajajajaja. Siiii, me encantó tu opción.
Anita:
El jarrón es lo de menos; se compite por otras cosas, se aprovecha el momento para sacar trapitos al sol. Generalmente pasa cuando muere la cabeza de familia, no?
Carlos:
El nene es casi un filósofo. Y mi hermana, una diosa (no quiero que se me ponga celosa, viste).
Buen día!
Curiyú:
No es real. Pero hay jarroneros (me encantó el término tan parecido a carroñeros) en casi todas las familias. Besos bífidos.
A veces somos humanos, demasiado humanos.
ResponderEliminarMuy buena pintura.
Saludo y beso.
Ese jarrón tiene la marca de los resentimientos históricos. Primero, nunca le reclamó a la hermana que también cuidara a la abuela. Segundo, de un servicio altruista intenta hacer un cobro de honorarios. Tercero, es una cínica que le manda saludos a los pibes. Moraleja: si vas a trabajar como altruista, no te quejes que te claven en la cruz. Si no lo vas a hacer, entonces reclamá antes, y dejá hacer. Besos.
ResponderEliminar1600:
ResponderEliminarErrar es humano, reclamar también.
Besos.
Javier:
Hay algo en la carta y que está relacionado con el proverbio que inicia la entrada que nadie notó (creo que vos sí). Carmen le promete el jarrón en el velorio. No sé hasta que punto la muerte de la abuela la angustiaba o la liberaba. No hablo de felicidad pero cuidar durante muchos años a un enfermo es una carga pesada. Además, hay otro problema en la personalidad de ella: no quiere quedar mal con nadie. Después de mandar a la hermana al carajo, le deja saludos a los chicos. No es cinismo. Fijate que dejo entrever que la madre las abandonó al cuidado de la abuela. La mina tiene miedo al abandono. Tiene horror a que no la quieran. No puede imponerse. Seguro le va a terminar dando el jarrón.
Pero la hermana también se las trae. Sabía que la abuela estaba enferma, pero dejó que la otra se encargara. Ni siquiera iba a visitarla. Y si se quiere, ella es la cínica. Fijate que va a andar por ahí diciendo "pobre abuelita".
Uy, que largo quedó.
Y todo por una simple carta. :)
Besos.
Por un jarrón tibetano,
ResponderEliminarde belleza singular,
las niñas Menendez Liar,
casi se van a las manos;
otrora, tiempos lejanos,
eran las dos par y par,
pero la Nona marchar
y adiós al jarrón arcano.
(por suerte nunca hubo un piano
en la herencia familiar)
Se puede decir "carajo" en un blog.
Todas las emociones fuertes tienen un mcguffin. En tu caso, un jarrón. El detalle detona la carga explosiva. Al final, en frío solo nos acordamos de eso, un jarrón.
ResponderEliminarEl título, el epígrafe y el texto forman como tres capas de significado. Me gustó leerlo así.
ResponderEliminarUn abrazo,
PABLO GONZ
Uh... ¡Me quedé dormido!...con nietos como estas mejor morir sin descendencia, como murió mi padre (genio el gallego)
ResponderEliminarPobre vieja, era una hinchapelotas pero valer un jarrón es como poco, no?
Lo que más me gustó es imaginarme a las dos minas disputándose el jarrón en el velorio!!
Esto es humor del más alto nivel!
El detalle dramático, cuando la mina le dice que prefiere reventarlo contra el piso,es donde salta la bronca acumulada. Lo falaz de su argumento: "es mío porque yo la cuidé".
Ya te dije una vez, redondito, con todos los condimentos, pocas palabras. Yo te hago la tapa del libro.
Carlos:
ResponderEliminarJajajajajajaja. ¡Me encantó! Muchas gracias. Ya estoy viendo a Carmen, con el hacha en mano, dándole al piano.
A ver, probemos .... carajo.
Si, se puede. :)
Ramón:
Tal cuál. El jarrón es la excusa para desatar una guerra latente, es nada (aunque parezca importante).
Pablo:
Yo lo imaginé en tres partes también: el epígrafe, la carta y la PD. Cada una sirve para entender el significado final.
Abrazos.
Roberto:
Capaz que si tenía nietos varones no pasaba, pero las mujeres somos viscerales, viste.
Si vos me hacés la tapa, yo me animo (¡pero lo van a comprar por la tapa!)
Gracias, zurdo.
hoy no se lo querés dar...no se lo dés...
ResponderEliminarmañana quien te dice, por ahí vuelve la viara y se lo das...y va a estar bien también, viste cómo somos!!!
:)
Haha, me encantó. El personaje tiene bastante vida en tus letras.
ResponderEliminar¿Está bonito el jarrón?
Saludos, Malena.
El pensamiento nos hace mutantes en esta naturaleza instintiva...la especie razona y conjetura actos de egoísmo, envidia, violencia, y todo tipo de maquinaciones mezquinas...Abrazos cálidos sin razonar, solo presenciemos, observemos, contemplemos y aprendamos a ser ramas, troncos, hierbas...
ResponderEliminarEmma:
ResponderEliminarAsí somos. Después que nos sacamos la mala leche, nos transformamos en angelitos de nuevo. :)
Edgar:
La verdad, un jarrón de miércoles. Ni valía la carta. :)
La sonrisa de Hiperión:
Navegá tranquilo que hay buen viento. Besos.
Kimbertrancanut:
Pensar menos, sentir más. Pero a veces los sentimientos son violentos. Entonces hay que pensar para saber encausarlos.
Un abrazo.
Olá neste sábado em meu blog minha coluna poética, uma homenagem ao grupo Roupa Nova e Bruno Martins no chá das 5. Conto com sua visitá lá.
ResponderEliminarinformativofolhetimcultural.blogspot.com
Magno Oliveira
Folhetim Cultural
Bueno, dale. Pero si está en portugués estamos al horno.
ResponderEliminarY una nunca sabe qué le toca a cada quien... Pero, por un jarrón... ¡que loco no?
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por el que me dejaste...
Por un jarrón, pr rabia contenida que tenía que estallar ... andá a saber.
ResponderEliminarOtro abrazo más. Siempre son pocos en estos momentos.
Bueno, el domingo pasó, casi, espero que haya salido el sol por tu alrededor.
ResponderEliminarAh. Baires te mata, pero por suerte tiene puerta para salir!
ResponderEliminarAmaneció lloviendo a cántaros. Después salió el sol.
ResponderEliminarPero me dura la nostalgia de domingo. Ya se termina.
Buenos Aires tiene puerta de salida para mí, pero se queda siempre con algo que quiero.
tiene un aire costumbrista que me parece soberbio! Y el proverbio chino...fiuu!
ResponderEliminarEfa:
ResponderEliminar¡Gracias! Los chinos saben.
che, era el jarrón del Diego y Cópola??...ja
ResponderEliminarTe extrañaba, claro, yo tambien...espero que ande muy bien mi amiga y compañerita
Seeeee. Faltaba la flaquita esa cantando "¿Quién me la puso?", jajajajaja.
ResponderEliminarAndo muy bien, compañero. Extrañándolo. Qué lindo verte.
Buen epígrafe para la historia. Quienes no soportaron las 7 vacas flacas,que se jodan.
ResponderEliminarContenta de volver a leerte,
Jess Vilardi
Qué bueno de volver a verte por acá.
ResponderEliminarPara disfrutar las 7 vacas gordas hay que aguantar las flacas.