Nunca pude entender su manía de guardar todo: tuercas sin tornillos que encontraba en la calle, revistas húmedas, almanaques de décadas anteriores, llaves que nunca supimos que puertas abrían. Todo iba a parar al cuartito del fondo, organizado en los frascos de mermelada vacíos que me prohibía tirar y en los estantes que mandó a hacer con los postigones de madera viejos que encontró en aquella obra en construcción.
Lo que para algunos es basura, para otros es un mueble. Todo sirve, negra - me decía cada vez que yo intentaba protestar por algún cachivache que metía en casa.
Y llegó el momento en que el cuartito le quedó chico y empecé a encontrar frascos con clavos oxidados entre el café y la yerba, en la alacena.
Lo que hay que reconocer es que mantenía un orden: las zapatillas rotas y sin su par iban en el dormitorio, los envases de telgopor los dejaba reducidos a bolillitas blancas que iban a parar a la bañera, los pedazos de vidrio en el bajomesada con excepción de los de colores, que ponía en la repisa del comedor.
Cuando dejó de ir a trabajar para poder salir a recorrer volquetes empecé a preocuparme, pero pensé que se le iba a pasar en unos días.
Que sé yo, a lo mejor tendría que haber hecho algo antes. Tiene razón, agente. Pero, por favor, ayúdeme a encontrarlo. La última vez que lo ví llevaba una camisa rota en los codos, dos talles más chica y un jean emparchado entre las piernas con tela de corderoy verde. Estaba entre los clavos y las piedritas de colores.
Diógenes elevado al cubo.
ResponderEliminarMi síndrome es todo lo contrario.
Tiro todo.
Cualquier día me tiro yo.
Besos.
Hermosa y preocupante pasión por lo desheredado. Saludos
ResponderEliminarJajajajjajaj!!!!!
ResponderEliminarMe recuerda a un amigo mío ¬¬
Está muy bueno el relato, va creciendo la locura, lo que parecía orden se convierte en obsesión y luego en locura.
Besos!
Aaaiiiiiii, recién me repongo del ataque de risa que me agarró, por momentos me sentí tan identificado, pero tan identificado...jajjajaj todo lo guardo porque puede servir, y cuando lo necesito voy a la ferretería, porque no sé donde lo puse ...jajjaja. Gracias por hacerme reir, me has hecho empezar el día de una manera especial.
ResponderEliminarUn gran beso.
Juan
Ahhhhhh cuando llegue a los volquetes te aviso...jajjajajjjaja
ResponderEliminarUn beso más.
Juan
je!... gracias por avisarme cuando debo empezar por preocuparme. por ahora, este coleccionista me enfeliza la vida.
ResponderEliminarah, el suyo sí que no es un amor de morondanga, negra!
besos!
las bolillitas de telgopor en la bañera? vaya ocurrencia! eso le encantaría a Cleo!
ResponderEliminarToro:
ResponderEliminarYo soy igual. Tiro todo, hasta lo que sirve. Después rezongo porque nunca hay nada.
Ligeia:
Preocupante pasión por el reciclaje. :)
Gracias por pasar.
Pato:
Yo creo que todos tenemos hábitos pintorescos que, exacerbados, pueden parecer locura. Yo, por ejemplo, tengo cierta obsesión con las simetrías. :S
Juan:
Mi abuelo era así. ¡Gracias a Dios no llegó al extremo de los volquetes! :D
Miralunas:
¡Esos son amores de colección! Así que cuando empieces a encontrar bolillitas de telgopor en la bañera, en vez de enojarte con él, usala de pelotero. :)
Por Dios... conozco varios así... pero no ordenados... yo misma junto cosas porque "pueden servir", un tiempo mantengo el orden y luego se va perdiendo entonces me agarra el ataque y tiro de todo... seguro luego necesitaba algo que tiré... es así... no hay remedio... jaja
ResponderEliminarMuy bueno el micro...!!
Uno lo tira todo, sin miramientos... Entre otras cosas porque soy consciente de que las cosas que guarde, cuando las necesite, jamas las encontrare...
ResponderEliminar"En caso de duda, a la basura..."
Salvo las cosas que uno, expresamente, colecciona... Pero esa es otra historia...
Un abrazo, amiga
Gran giro final Malena!
ResponderEliminarMe provocan una gran tristeza estos dos personajes. Es así, cuando las cosas salen mal sabemos por qué, lo que ignoramos es cuando fue que el ser amado, o nosotros mismos, comenzamos a caminar por el sendero de la ruina.
Un abrazo emocionado
Reina:
ResponderEliminarYo soy de las que voy tirando todo. Mi hijo es de los que guarda. A veces me reta porque yo, en mi afán de limpiar cajones, le tiro sus pequeños tesoros (lapiceras rotas, figuritas repetidas, bolitas partidas).
Antiqva:
Hasta los que tenemos la costumbre de mandar "la duda a la basura", tenemos algo que guardamos con cariño o coleccionamos. Es cierto.
PD: Muchísimas gracias por detenerte a leer post viejitos. Se siente lindo cuando alguien dedica tiempo en leer, es un halago muy grande.
Patricia:
A veces estamos tan metidos en el tema que no nos damos cuenta cuando se produce el paso de "problemita" a "catástrofe". Es que la mayoría de las veces es gradual, y creemos que siempre tendremos tiempo de remediarlo.
Un abrazo.
Esas fiebres de colecciones de las que no muchos quedan exentos. Me hizo acordar este escrito, de mi madre. Muchas veces me quejo porque guarda todo, cuadernos viejos, lapiceros (sin tinta) y dice ella: "se les cambia la mina", "los cuadernos le sirven a sus primos, además son buenos recuerdos" ....a veces pienso que sí tiene razón.
ResponderEliminarPero qué culpa, me cogen esos días de poca creatividad que veo basura donde una gran artista ve materiales excepcionales. De nuevo, qué culpa .. :)
Un placer leer una vez más tu blog.
Jess
Si lo vamos a hacer, hagámoslo bien. Y el tipo lo hizo bien. Por eso me gusta.
ResponderEliminarUn beso
Marcelo
PD: Esta noche en la nocturna bonaerense sale el 40. Haceme caso.
Me demoré en contestarte porque no encontraba el lápiz naranja, los verdes no, porque esos los pongo entre las tapitas de gaseosas y los corchos de sidra. Además para responder comentarios de Blogs inteligentes y "tiernosos" tiene que ser el lápiz naranja; pero me cachi en die. Juro que debería estar detrás de los blister de aspirinas viejos y adelante de los taper de tapas de empanadas; pasa que me desordenan todo.
ResponderEliminarVieja, no viste el lápiz naranja?, cómo cual?, el que uso para responderle a Mariela, cual va a ser. No hay caso negra, si lo encuentro te respondo.
(no te voy a decir que tengo un soneto que se llama la coleccionista, porque le conozco el pedigré a Mendoza)
Los besos, sí, los besos sé donde los guardo, en la alacena de la cocina ordenados por tamaño, los tuyos están en el tarro de Chimbote, el de kilo y medio.
Jess:
ResponderEliminarLe comentaba a Antiqva que todos guardamos algo. Yo, como tu mamá, guardo los cuadernos de mis hijos como recuerdo y la primera ropita que usaron. ¡Así somos las madres! :)
Gracias por pasar.
Marcelo:
Yo no sé si bien, pero le puso garra. Y eso también es importante. :)
PD: Voy con 5, y si sale ... vamos y vamos. ¿Algún otro numerito para la redoblona?
Carlos:
No importa, pavote, contestame con el verde. Además, después del piropo al blog no me voy a andar quejando por una cuestión de colores.
QUIERO QUIERO QUIERO el soneto de la coleccionista. Y no me quiero enterar que a Mendoza se lo decís y a mi no, como hiciste con el chiste del lorito.
Los besos los voy a disfrutar a cucharadas.
PD: ¿Te fijaste en el cajón de los naipes usados?
Cómo pavote?
ResponderEliminar(busque, busque por abajo del Blog que lo va a encontrar entre las cosas que colecciono)
Mmmm ... ¿pavotito? :)
ResponderEliminar¡Fue con cariño! :D
Me voy con la lupa para Apenas Penas.
Esa muchacha coleccionaba cosas que ocupaban menos lugar, pero pesaban mucho.
ResponderEliminarUn placer haberlo encontrado.
Malena, no lo busques más, aqui escribiendo tenés a uno similar!. Me describiste a mí, sin llegar al extremo de rajarme a buscar volquetes y a llenar la bañera. pero porquerías junto, lo debo reconocer.
ResponderEliminary bueno...otros patean a los perros, qué se yo.
Che gracias por tu comentario. Me encantó esta mezcla de yuyo de suburbio y Liverpool!!! no te tenía para se lado mirá vos...
Chau, beso. sos capa, eh.
uy, no!!! Caché otro final!!!!
ResponderEliminarno me había dado cuenta! Esto me pasa por leer sin prestar atención!
Roberto:
ResponderEliminarAl pobre señor su obsesión lo perdió ... literalmente. :)
Espero que no te pase a vos.
PD: Como decía en tu blog, Lennon es eterno y universal. En los yuyos de suburbio, entre el humo de las ciudades, en el puerto de Liverpool se respira su música. Hoy más que nunca.
Date una vuelta por mi blog y fijate quién es mi último seguidor. Viene de lejos.
ResponderEliminarYo también atesoro objetos que guardo con celo. La mayoría me confortan sabiendo que están ahí. Apenas los desempolvo. Otros los abro en contadas ocasiones, disfrutando del placer que provoca la retención de la recompensa.
ResponderEliminarRoberto:
ResponderEliminar¡¡¡Un seguidor de lujo!!! Viene de haber vagado un tiempo, entre tus soles y lunas.
Beautiful John.
Ramón:
Yo soy testigo de una de tus colecciones: la de recuerdos. Y es maravillosa. :)
Me encantan los personajes que se pierden entre sus propias obsesiones.
ResponderEliminarAlucinante.
Un beso,
Qué encanto!... No me defino mucho, por un lado tiro cosas porque suelo pensar que mañana no me importarán y por el otro conservo papeles y papelitos escritos... y junto tornillos, arandelas y botones, no puedo seguir caminando si no los levanto, siento que son importantes, que tienen mensaje!
ResponderEliminarY no digo más o me mandan a internar!
Abrazos ENORMES.
A mí me pasa como a Toro Salvaje... aprendí el desapego y ahorita no guardo nada. Todo lo regalo.
ResponderEliminarMe ha encantado tu manera de contar. Ha sido un placer, Malena, pasar por aquí. Volveré a husmear en tu pasado y a seguir tus ahoras.
Un beso de colección.
Bello relato, un guardador compulsivo, quizá víctima de su propia compulsión. Yo practico el desapego budista, es decir, ni guardo ni tiro, las cosas se van nomás jajajaja...o se esconden, y las encuentro siempre cuando no las necesito. Besos.
ResponderEliminarMirá si hubieras cantado un tango con el que te jedi... no, mejor ni me lo quiero imaginar, en una de esas se me venía la estantería abajo, no por vos, eh, pero él me parece que no hubiera cachado lo que es "pena de bandoneón" MMmmm.
ResponderEliminarAlice:
ResponderEliminar¡Es tan dificil no perderse! Por eso hay que entrar en las obsesiones con GPS. :)
Gracias por pasar!
Mai:
¿Viste alguna vez la serie Monk? Bueno, mis hijos dicen que me parezco al tipo, porque si paso por al lado de una tuerca y no la levanto me queda una especie de angustia, o de sensación que el mundo va a sufrir un desequilibrio, jajajajajajaja. A los cinco segundos la termino tirando, claro. Loca yo? Naaaaa. Así que te entiendo, quedate tranquila. Ah, y también mencioné por ahi el tema de las simetrías, no? Bueno, bueno, mejor no sigo. :)
Kum:
Hay que ir por la vida ligero de equipaje. Hacés muy bien.
Es un gusto que te quedes por acá.
Javier:
Como dice Fito Paez, las cosas tienen movimiento. Por ejemplo, mis llaves y el celular siempre cambian de lugar porque jamás los encuentro. O por ahí abro un cajón y ... ¡eureka! ... facturas vencidas que tuve que reimprimir.
Roberto:
Y ... seguro que la nostalgia tanguera nuestra no le va. Pero si escuchaba un bandoneón, capaz que se le piantaba un lagrimón, no?
Saber que uno puede recalar aquí y encontrar ficciones,bueno, ya es muchísimo Male.
ResponderEliminarBuen ritmo mujer!
Siempre empieza con un cuartito, luego se extiende al resto.
vuelvo.
Me plego al tributo Lennon. Muy particular la foto.
ResponderEliminarSalud
Buen micro con Diógenes, Malena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Efa:
ResponderEliminarNunca se sabe cuando o donde puede comenzar una obsesión. A veces es en un cuartito, si. :)
30 años sin Lennon y seguimos imaginando un mundo sin fronteras que cada vez está más lejos.
Me gustó esa foto, en principio porque estaba sin Yoko, y en segundo lugar porque parece feliz, no?
David:
Pero éste no mordía. :)
Abrazos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSoy de las que guardan un cierto tiempo.Cuando tengo repuesto,hago limpieza y elimino cosas. Dice el refrán "el que guarda halla"
ResponderEliminarQuizá tenía la esperanza de encontrar a alguien más.
ResponderEliminarBuena lectura. Me gustó mucho :)
Un saludo!
¿Existen las obedientes lunitas terrestres? MMmmmmm ¡dudas!
ResponderEliminarBuen fin de semana!!
Maruxela:
ResponderEliminarEl que guarda, tiene. Esa era la frase favorita de mi abuelo:)
Gracias por pasar.
Un tipo:
Y quien te dice que, en realidad, no lo haya encontrado y por eso no aparece. Todo es posible.
Roberto:
¿Dudás de la obediencia femenina en general o de las lunitas en particular?
Que pases un lindísimo fin de semana.
Me gusta el 513 para la nacional y la bonaerense. Y te dije todo!
ResponderEliminarMuy bueno, Malena. Parece que esa casa va a necesitar una buena limpieza si quieren hallar al pobre hombre.
ResponderEliminarSaludos.
Marcelo:
ResponderEliminarVoy a usar mis dotes de sibila para los burros. Me tiraron una fija con uno que nunca pierde, aunque a veces sale último.
Gabriel:
¿Tendrá ganas de dejarse encontrar?
Gracias por pasar.
Buenos días Male ....
ResponderEliminarPor fin pude venir me doy la vuelta por todos mis amigos del blogg y por fin llego , con Carlos me doy la vuelta seguido ya que el me consigue mi TE y esta en primer lugar :) te voy a decir lo que le digo a el voyyy a buscar que significa telgopor ......
Soy como tu yo tiro todo lo único que guardo con mucho celo son las cosas que me regalan así sea una piedrita toodo lo que me regalan esta en un cuartito muy especial de mi casa guardado
con el nombre de la persona claroooo que si es un perfume y me lo regalo alguien muy muy especial guardo la botellita jajajaj y va directo al cuarto :)
Besos mañaneros
Acá, entre nosotras, Carlos colecciona cajitas de tilo. :)
ResponderEliminarEntre las cosas que guardo están los dibujos de mis hijos. Empezá a hacer un lugarcito en el cuarto para los regalitos de Alexa.
Ay, Malena, esto me recuerda a que tengo que meterle mano al cuarto de Diógenes y empezar a tirar cosas... para poder acumular otras diferentes después :)
ResponderEliminarMe encantó, es super tierno el ayúdeme a encontrarlo.
Abrazos
Organizar para volver a desorganizar. ¡Así es la vida!
ResponderEliminar:)
Ostras, ¡qué bueno!. Gracias por invitarme a leer este texto.
ResponderEliminarComo va "in crescendo" el afán de acumular y acumular, hasta que se convierte en patológico.
Felicidades Malena, un gusto pasar a conocerte.
Me voy a hacer seguidora porque me gusta tu forma de contar las cosas.
Un abrazo.
Y... aquí siguo. ¿Quién me lo iba a decir...?
ResponderEliminarAto en 15 años
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