Después de un arduo recorrido pudo ver a aquella maravillosa pieza.
- Única en su especie, impecable - pensó.
Preparó el arma con paciencia, mientras no la perdía de vista.
La gacela, segura de su sino, se sentó mansamente frente a la línea de tiro y lo miró.
Decepcionado y sin disparar, siguió el recorrido en busca de una presa que se precie de tal.
Cazador cazado!
ResponderEliminarMe parece que se le mojó la escopeta.
Un beso amiga!
Es que tanto va el cazador al bosque que al final se moja la escopeta.
ResponderEliminarSe, se .... es refrito. Pero que culpa tengo si hay gacelas que no aprenden más y cazadores insistentes!
La inocencia de la Gacela ya no es excusa......jajaj.
Eliminar¡¿Cómo que no?! La inocencia de los pelotudos. La gacela es inimputable.
EliminarPD: Las últimas placas dicen que estoy mejor y ya no tengo fiebre, pero sigo hablando un español afrancesado y gutural que da miedo.
Uno que quiere vencer al oponente, no que se le rinda sin mas.
ResponderEliminarPasa en las relaciones, el cazador nunca hace caso de quienes se le ofrecen, siempre va detrás de quién no le presta ninguna atención.
Ganas de complicarse la vida.
Apa, siempre dio lo mismo, pero nunca lo lei de un hombre.
Eliminar+1 (o sea, adhiero).
*digo no dio!! Este teclado de la netbook es una porqueria!!!
EliminarGuille:
EliminarPasa en las películas, pasa en la vida: sin una trama que le de sentido al beso final, no existiría el cine romántico.
Pero también hay unos cortos insuperables; no hay que hacer taaaaaaaan larga la trama.
Caia:
Yo adhiero también, así que +2 y adhiero a que escribir en una netbook es una cagada!!
Impecable el minicuento, microrelato o como te guste llamarlo.
ResponderEliminarEsas son gacelas!
ps:ah, y me encanta Luz Casal.
Alejándome del hecho de ser yo la creadora de esta gacela, no sé hasta que punto es inteligente, conocedora de su sino, estratega o un animal sin instinto de supervivencia.
EliminarPero yo la banco.
Jajaja!!! Me gustó mucho le micro y me matan los comments... Y si... De masoquistas nomás. Parece que ninguna de las dos partes aprenden jamás.
ResponderEliminarAbrazo, Male!!!
P/D: Che, te salió redondito, eh? :)
Seee. Ya le dije a la gacela que un día no le va a salir bien y le va a disparar sin asco, que no siga insistiendo. Pero no me hace caso.
EliminarEso es como cuando la mujer se tumba a dormir... Esconde la escopeta.
ResponderEliminarUn saludo.
Algo así. Las mujeres espantamos a los cazadores a ronquidos.
EliminarPienso en Gandhi
ResponderEliminarGandhi, Martin Luther King ... la no violencia como respuesta frente a hechos violentos.
EliminarLamentablemente, ambos murieron asesinados.
Esperemos mejor suerte para nuestra gacela.
Ja! Es así, lo que nos resulta fácil ya no nos llama...doy fe, y abrazo.
ResponderEliminarEs sasí.
EliminarCuanto más difícil, más empeño ponemos.
Pero cuidado que después puede ser decepcionante: ¿tanto insistir para ésto?
Pero, bué, no aprendemos más!
Las gacelas tienen su estrategia. Saludos, Malena.
ResponderEliminarClaro. Esta había leído a Maquiavelo, sin duda.
Eliminarno hay caza sin emoción.
ResponderEliminarpagando cualquiera es señor.
Si te dejas, no vale, decía Julio Iglesias. ¿O era Si me dejas no vale? Bueno, la idea está.
EliminarBueno, después de googlear "segura de su sino"...Pensé que te habías comido una g y la gacela se creía que era de Aries o algo así...Pude releer y disfrutar el microrelato!!
ResponderEliminarLa gacela era pisciana, por eso intuía que si no se sentaba, le daban un tiro en la frente.
EliminarLindo, toda una lección contra el miedo, hay veces que la indiferencia hace desistir del objetivo al más armado, además de comprobarse que es una de las mejores armas.
ResponderEliminarUn cariño grande.
Juan
Ah, probablemente la gacela tenía miedo, pero sabía que correr era peor. La virtud sería poder seguir pensando claramente a pesar del miedo.
EliminarBesos.
La gacela tenía un 38 escondido entre los cuernos. El cazador se salvó de milagro.
ResponderEliminarYa la tuviste que deschavar! No ves que estaba esperando que el cazador tome confianza?
EliminarNunca he entendido a los aficionados a la caza, Malena, digan ellos lo que digan, se justifiquen cómo se justifiquen.
ResponderEliminarTu micro me hace pensar en ello.
Un abrazo,
Ni la caza ni el boxeo. Son "deportes" que jamás entendí.
Eliminares una buena táctica, mirar bien a los ojos al que te quiere cazar, tranqui, sin violencia, y se tiene que meter el arma en el orPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIto
ResponderEliminarotra cosita, al tipo que necesita mostrar su arma para sentirse macho, hay que aplicarle la indiferencia, terminará sintiéndose un reverendo pelotudo.
yo la banco a la gacela (gesto de golpearme el pecho a la altura del cuore y señalar con el índice)(casi pongo a la graciela) :))))))))))
El tipo que necesita mostrar que viene armado para sentirse tranquilo ES un reverendo pelotudo; sólo hay que hacérselo notar.
EliminarYo la banco a la Graciela también, que tanto.
El único cazador que vale la pena es el cazador muerto.
ResponderEliminarLa gacela una genia.
Saludos
J.
El cazador cazado.
EliminarLa gacela ya estaba podrida de correr.
Y así la gacela aprendió que no hay que darles bola...aunque claro está, siempre hay tarados que no se cansan de volar escopetazos.
ResponderEliminarSaludos
Nunca hay que fiarse mucho de los tarados. Son los peores. Esa es la lección número dos.
EliminarLa gacela cazó al cazador. Feliz final para la vida. Besos.
ResponderEliminarLarga vida y gloria a la gacela.
EliminarBesos.
"En Juby críe gacelas. Todos allí criábamos gacelas. las encerrábamos en un espacio cerrado, al aire libre, porque las gacelas necesitan el agua corriente de los vientos y no existe nada que sea más frágil que ellas. Capturadas jóvenes, viven y comen en la mano. Se dejan acariciar y hunden su hocico húmedo en el hueco de la palma de la mano. Se las cree domesticadas. Se cree que están a salvo del pesar desconocido que consume en silencio a las gacela y les depara la más dulce de las muertes... Pero llega el día en que se las encuentra empujando con sus cuernecitos contra el cerco, en dirección al desierto...Están magnetizadas. No saben que huyen; vienen a beber la leche que les traen, se dejan acariciar, hunden más tiernamente aún el hocico en la palma. Pero, ni bien se las deja, permanecen allí sin intentar siquiera luchar contra la barrera, sino simplemente presionando contra ella, la nuca baja, con sus cuernecitos hasta morir. ¿Será la época de los amores, o la mera necesidad de galopar hasta perder el aliento? Lo ignoran. Cuando las capturaron, sus ojos aún no se habían abierto. Nada conocen de la libertad de las arenas o del olor del macho. Lo que buscan es la extensión que las consumará. Quieren ser gacelas y bailar su danza. Quieren conocer la fuga rectilínea a ciento treinta kilómetros por hora, cortada de bruscos saltos, como si, de un lado al otro, escapasen llamaradas de la arena ¡Poco importan los chacales, si la verdad de las gacelas es saborear el miedo que las obliga a superarse, y logra de ellas las mejores acrobacias! ¡Qué importa el león, si la verdad de las gacelas es ser destrozadas a zarpazos bajo el sol! Ustedes las miran y piensan: tienen nostalgia... La nostalgia es el deseo de no se sabe qué. El objeto del deseo existe, pero no hay palabras para expresarlo"
ResponderEliminarPerdón es que leí gacela y me recordó este extracto de Saint Exupéry...
Besos amiga!
Hermoso lo que escribiste, me encantó ;)
Malena querida!!!! cuatro renglones escritos por vos en mi blog y la semana ya está brillante como la luna llena que se viene!!!!!
ResponderEliminarChe, te gustó mi uniforme? (no me gusta mucho eso de ponerme uniforme y menos militar, lo hice para impresionar a la gilada, pero tengo pinta no? ja ja!!!
Un beso pa toda la semana!!! Es poco?
La mejor forma de escapar es rendirse...! ;)
ResponderEliminarMuy bueno
que buen post, es la realidad en letra.
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