Soledad era independencia, yo me la había deseado y la había conseguido al cabo de largos años. Era fría, es cierto, pero también era tranquila, maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo espacio frío en que se mueven las estrellas.
Herman Hesse - El lobo estepario
Herman Hesse - El lobo estepario
Se despertó antes de que sonara la alarma del despertador. Aunque era domingo, decidió levantarse de la cama para disfrutar de su día de descanso. Puso música alta, para escucharla mientras se duchaba. Beatriz se hubiera quejado, pero Beatriz ya no estaba. Cantó a viva voz, sabiendo que nadie lo mandaría a callar.
Llevó el desayuno a la cama y no se preocupó por las miguitas que se esparcieron sobre las sábanas. Desarmó el diario por secciones y leyó la de policiales en el baño con la puerta abierta de par en par.
Fue al supermercado y llenó el changuito de vino, cerveza, maníes, palitos salados, fiambre, pan y mayonesa. A último momento se acordó del café.
Cuando volvió al departamento se preparó un sandwich y abrió una botella de vino. Demasiado temprano, hubiera dicho Beatriz. Pero, se repitió, ella no estaba. Cuando terminó el vino, empezó con la cerveza.
Se sentó en su sillón favorito (para ser sincero, el único que Beatriz le había dejado) y blandiendo el control remoto como un rey blande su espada, hizo un recorrido por todos los canales de deportes disponibles hasta quedarse dormido
Abrió los ojos cuando ya estaba oscureciendo. Pensó que podría ducharse y salir a caminar o irse a la cama. La decisión era totalmente suya, porque era un hombre libre.
Solo y libre.
Irremediablemente libre.
Llevó el desayuno a la cama y no se preocupó por las miguitas que se esparcieron sobre las sábanas. Desarmó el diario por secciones y leyó la de policiales en el baño con la puerta abierta de par en par.
Fue al supermercado y llenó el changuito de vino, cerveza, maníes, palitos salados, fiambre, pan y mayonesa. A último momento se acordó del café.
Cuando volvió al departamento se preparó un sandwich y abrió una botella de vino. Demasiado temprano, hubiera dicho Beatriz. Pero, se repitió, ella no estaba. Cuando terminó el vino, empezó con la cerveza.
Se sentó en su sillón favorito (para ser sincero, el único que Beatriz le había dejado) y blandiendo el control remoto como un rey blande su espada, hizo un recorrido por todos los canales de deportes disponibles hasta quedarse dormido
Abrió los ojos cuando ya estaba oscureciendo. Pensó que podría ducharse y salir a caminar o irse a la cama. La decisión era totalmente suya, porque era un hombre libre.
Solo y libre.
Irremediablemente libre.
ser irremediablemente libre a veces se parece a la orfandad
ResponderEliminarSolo y con una sombra omnipresente, la costumbre tan dura de batallar.
ResponderEliminarUn abrazo Malena.
A veces la libertad es tan grande,
ResponderEliminarque "desacompaña".
(ahora, lo de los deportes está muy bueno) :)
Como siempre, o más que siempre tus textos son para pensar y repensar. Que tema la de la libertad del hombre, y es un tema importante, porque la libertad es sinónimo de responsabilidad y por eso la mayoría de los hombres le tienen miedo.
ResponderEliminarAhora con respecto al post, te digo que prefiero una libertad peligrosa a una esclavitud tranquila.
Un cariño inmenso, tambien para mi es un gusto leerte.
Juan
A mí me parece que está en el paraíso.
ResponderEliminarBesos.
nada es como parece, solo unos pocos creo pueden cargar la dicha de lo que son, un abrazo
ResponderEliminar¡No quiero ser libre! ¡Devuélvanme a Beatriz!
ResponderEliminarFalta la parte de Beatriz en donde quiera que esté. La del amante abandonado a su triste suerte de hombre libre para echar miguitas en la cama y despacharse a gusto con el mando me ha parecido la parte secundaria, la previsible, la que uno conoce a poco que se meta en faena e imagine lo que es la vida en esa soledad intoxicada de rutinas, libre hasta que la libertad asfixia. A veces la libertad Asfixia, Malena. Es preferible un poquito de cárcel. La cárcel a voluntad de que se puede uno escapar en cuanto quiera y volvar por ahí a capricho. Hermoso texto, muy hondo en su hermosura. Me ha hecho pensar en uno de Benedetti, qué bueno Benedetti, que una amiga, ah allá en los tiempos de la facultad, aunque fuera de ella, en un barecito con terraza, café y chesterfields a mano, me leyó con mucho entusiasmo. La echo de menos ahora. Un beso.
ResponderEliminarSi Dante hubiera leído su relato, se habría planteado cambiar su concepto del Cielo. Me quedo con el suyo, Malena.
ResponderEliminarUn beso.
Creo que lo ideal sería hacer todo eso estando Beatriz, Ser uno siempre.
ResponderEliminarBesos Malena
Esta libertad se paga con el precio de lo irremediable.
ResponderEliminarVos sabés que esto es como una fantasía, uno quiere estar solo, lo desea, no quiere a nadie que le rompa las bolas, pero me parece que en el fondo, (en el fondo, no sé por ahí) no es tan así. A veces, por esas cosas me tocó estar solo varios días, en mi casa, con el perro, él y yo, yo y él, y es como ...muy solo.
ResponderEliminarme ha pasado que después de todo un día me daba cuenta de que no había abierto mi boca para decir una sola palabra. Hay varias formas de estar solo. pero cuando estás solo-solo es jodido. (se entendió?)
che, tu relato, Espectacular!. se siente la soledad de el tipo, y se ve que no le importa, se siente bien, hace lo que quiere. (claro la mina sería muy rompebolas, eso lo entiendo)
Me dejó pensando la palabra "IRREMEDIABLEMENTE"
me pone la piel de gallina (estoy medio maricón, no sé)
UN BESO ♫!!!
{Irremediablemente domingo} :(
Me recordo -tanto- al mejor Carver.
ResponderEliminarLee "protegiendo a la nº uno" y me entenderas.
El panorama de la desolación; hacer lo que te apetece sin que nadie te lo recrimine, pero estar deseando que ese alguien esté.
Hacerlo no te da tanta satisfacción como compartir el cuarto y las horas con...
pd: Leelo.
Hoy voy a romper la rutina y comentaré mi propia entrada como una lectora más.
ResponderEliminarTenía 17 años cuando me fui a vivir sola a 500 km de mi casa natal, de mi familia y de mis amigos. Es muy común que nosotros, los que vivimos en el interior, nos vayamos al terminar la secundaria para poder seguir estudiando. Generalmente nos vamos con algunos amigos, para que no pese tanto (sobre todo, económicamente). Pero yo elegí otra ciudad (así que estaba solita con mi alma) y trabajar mientras estudiaba. Me parecía una aventura impresionante: libertad e independencia. Me sentía toda una revolucionaria.
La verdad es que la libertad me resultó cara. El precio a pagar fue estar muy sola. Pero sola sola, eh. Nada de "me voy a charlar a lo de Chuchi". Y estoy hablando de una época donde no había chat, ni celular y las comunicaciones telefónicas a larga distancia salían un huevo.
Pero después sucedió algo peor: me enamoré. Esa persona se transformó en mi único vínculo en esa ciudad y me aferré a él como un náufrago a la tabla. ¡Otro horror!
Por eso hoy, después de haber pasado por varias etapas, creo que lo mejor es sentirse libre pero acompañados por esa persona que respete nuestra libertad.
Esas personas son como las brujas. Todos dicen que no existen ... pero que las hay, las hay.
Nada es irremediable salvo la muerte. Desde esa libertad volverá a amar.
ResponderEliminarsaludillos
Ella no estaba, pero parece que no se haya ido. Dudas del personaje y decisiones infantiles. Estupendo.
ResponderEliminarvio la letra de Calamaro: puse precio a mi libertad y nadie quiso pagarlo? Bueno eso. Muy libre, sí pero hay días que pesa.
ResponderEliminarSalvo cantar en el baño y el vino, se parece bastante a mi vida.
ResponderEliminarMe habrá dejado mi mujer?
Voy a revisar.
Son sosten de los supermercados estos recientes solteros con sus compras de los varios frascos de conservas.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=shDxWBmxWoo&feature=fvwrel
etapas uno y dos post separación,
ResponderEliminarapogeo y caída de todo lo idealizado cuando se estaba en pareja.
yo festejo haber recuperado el poder leer en la cama, tener la luz prendida hasta que se me canta. la verdad el matrimonio no me parece uno de los mejores inventos de la civilización occidental, pero voy tanteando variantes bien interesantes.
un beso
si. este texto deja clarísimo que es mejor la libertad que la soledad. y la libertad acompañada es la mas linda! yo me llevo bien con la soledad, pero siempre es mas libre que sola.
ResponderEliminary si, ese "irremediablemente" pone la piel de gallina.
un abrazo y espere mi llamado.
Me encantaron tus dos relatos Male.
ResponderEliminarDisfruto muchísimo de mi libertad y de mi soledad. Obviamente hay días, sí, en los que me encantaría estar junto a "él", aunque sería prematuro ahora, pero si ocurriera conservaría esencia, momentos muy míos de placer. El otro día fué testigo de una de mis alegrías, cuando descubrí por la mañana que en la maceta en las que había sembrado unas semillas de dalia, asomaban dos pares de hojitas. Claro, escuchó mi gritito de felicidad y vino a ver qué me pasaba, le mostré y me abrazó. De las dos maneras está bueno, pero es cierto, compartir lo hace único.
Beso Male!!
Coincido con Toro.... está en el paraíso... :)
ResponderEliminar¡Qué certero este relato! Tengo "un amigo" que está en la misma situación: ahora es libre para pasarse todo el fin de semana montando en bicicleta y haciendo senderismo. Después de tres años, ¡lo logró! ¡Por fin se quedó solo!
ResponderEliminarSe siente libre porque ha salido de alguna etapa de estar preso. La libertad es una necesidad, luego además hacen falta más cosas.
ResponderEliminarBesos
creo qu eno hablamos de libertad. hablamos de soledad. la libertad sin beatriz es una mascara sonriente par el triste abandono que siente.
ResponderEliminaryo no se que prefiero. yo vendí mi libertad al precio que le puso el amor. y aún no se lo que es estar solo.
abrazo
f
Tu personaje, Malena, está solo en la primera fase de deshabituación emocional. Tras esta exaltación de la libertad viene un bajón; la ausencia que antes se sentía como un alivio, ahora torna en añoranza y dudas. Un vacío subyace a los días y las rutinas diarias se eternizan.
ResponderEliminarTras este período (para algunos resistente a desaparecer), debiera venir un proceso de readaptación y asimilación de la pérdida, en el que retomar tu vida y recordar al otro sin acritud, con independencia y dulzura.
En fin, Malena, ganarse la libertad es duro. No basta con ese primer fogonazo de emancipación. Las emociones crecen como la hierba, despacio pero seguras.
Entrada más auto-comentario me traen a la mente una reflexión: no confundir el amor con el agradecimiento.
ResponderEliminarLa soledad: hay días mejores que el retratado, pero son pocos. Un precio que hay que pagar.
La entrada buena, el comentario: extraordinario. Autentico. Aunque él es prisionero de las necesidades que nos crea esta sociedad y no son pocas. Libre ¿pues?
ResponderEliminarUn saludo.
Hay determinadas costumbres que en el hombre jamás desaparecen. Aun cuando permanezca encadenado durante una punta de años. Es así, muy real su descripción.
ResponderEliminarUn saludo.
Vivi la libertad, esa que contás. Viví la de estar con Beatriz al pedo. Y concuerdo con tu comentario sobre tu entrada....mejor es vivir en libertad pero acompañado. Mucho tiempo solo o mucho tiempo mal acompañado a la larga explotan. Un beso.
ResponderEliminarNo creí que una tanguera como vos conociera a esta mina, y por lo visto la conocés más que yo :) porque el tatuaje no se lo vi ja ja
ResponderEliminarche me parece como resentimiento lo de la viuda negra Mmmmm :D
Antes que me olvide otra vez Male,
ResponderEliminarregalete...
http://youtu.be/UFpIuVP63YA
Que lo disfrutes!!!
Besos guapa!
Ref: Carilda Oliver :)
No sé si decir que la soledad nos hará libres o si la libertad nos hará solitarios.
ResponderEliminarTodavía no lo decido.
Saludos
J.
La libertad da miedo
ResponderEliminarLa última frase cambia radicalmente el sentimiento que genera el texto.
ResponderEliminarGenial.
Besos
Ojalà aprenda a disfrutar! No es tan fàcil, y se corre el riesgo de caer en lo mismo de siempre.
ResponderEliminarAbrazo!
Pues como que no me convence mucho esa libertad... Como que ciertas cadenas me gustan mas...
ResponderEliminarUn abrazo, Malena
He tenido esa sensación, y no está nada mal. Cuando parece que la soledad te condena, uno se encuentra con uno mismo. Allí comienza el desafío. Besos.
ResponderEliminarAhí le vi el tatuaje, sí realmente, es grande. pero no le queda mal.
ResponderEliminarJa! Terrible esa libertad...
ResponderEliminarMientras no se convierta en rutina, está todo bien.
ResponderEliminarY fue inevitable verme, al menos un poquito identificado, jajaja!
Irremediablemente libre... Suena como un palazo, tiene demasiado de soledad. Muy buen texto, dice muchísimo, describe, deja pensando en nuestra propia libertad, me gustó mucho.
ResponderEliminarJ&R
Remedios para la soledad?
ResponderEliminarcaminos, como dijo alguien aquí... parte del paisaje, una ruta sinuosa...que me trae a tu espacio y me gusta mucho cada vez q te leo!
Y algunas veces da tanto gusto despertarse libre pero bien acompañado, aunque sea de una siesta.
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