Y fue tan placentero el alivio que sintió... Es que fueron demasiados años, no? Me encanta cómo escribís, aunque no asomo la nariz te sigo cuando puedo desde el reader. Un beso
Y sí teniendo en cuenta que Ulises cayó con un "no sabés lo que me pasó cuando volvía para acá, no me vas a creer!!" Y ahí justo ahí Penñelope achinó los ojos y dijo "Ma, sí la termino". (de cómo desstrozar La Odisea en versión argenta, se llama lo mío...) Besos Male
Esperemos que no se pinchase el dedo, pues, en tal caso, tendríamos Penélope durmiente para rato. Y Ulises no es un príncipe de cuento para volver con besitos desencantadores.
Difícil decisión. O esperaba a un marido que la abandonó para correrse una aventura por el mundo desconocido, o cedía ante los babosos pretendientes que la atosigaban cada día con requiebros de futuro.
Luego, una semana despues, llegó Ulises, tras la parranda aquella de Troya...
Nadie lo reconoció... Ni siquiera el perro, ya que aquella mañana Ulises habia desayunado tostadas con ajo y mantequilla y el animal, envuelto en los vapores del ajo, no llego a captar siquiera el olor de su antiguo amo.
Por eso Ulises volvió a embarcarse y encamino su nave a las costas africanas, en las que conoceria a Dido, reina de Cartago, con la que viviria un romanca apasionado...
Así que tu noviete Antínoo no solo casi me limpia al nene, sino que me toma el vino y hace asados con los amigotes? Que ? Divorcio de común acuerdo? Abandono del hogar? Eumeo!!!! Tráeme el arco!!!!
Y ese día empezó a curar sus dedos y vio lo bonitos que eran y les puso zapatos de cristal, el vestido para la ocasión que nunca llega, pero ese día llegó, se puso una gotita del perfume que ya no usaba, se pintó todos los ojos de rojo fuego y chau, si te he visto no me acuerdo!!!!
Genial!!!
(las esperas son odiosas, cuando logramos mandar al diablo al esperado/a, ya sea persona, cosa, sueño, trabajo o lotería uno comienza a vivir mejor!!)
Ya sé, y lo agarró al marinerito que Ulises no llevó porque era muy chico todavía, bah, chico... no era un nene, ya tenía sus años el pende, y le dijo: "Pibe, esta noche no me traés una merlusa para la cena, me gusta sin espinas, eh" Y bueno, está bien, me parece perfecto, qué tanto tejer y destejer, andá a saber si el otro entre tanto viaje no se divirtió con las sirenas, porque hay que ver cómo fue la realidad.
Sandra: Guille te da la respuesta exacta para Ulises, jajajaja. Y Ale tiene la versión bien masculina, que es la de hacerse el ofendido. ¡¡Si Homero viviera se vuelve a morir!!
Lila: Ya es el séptimo "Amor de morondanga". No puedo abandonar el título; me encanta.
Reina: Tenés todo mi permiso.
Marcelo: Siempre queda un resto en el carretel para seguir con los tejes y manejes.
Toro: ¡Ya era hora!
Miguel: Ya la veo a la pobre Penélope dormida, mientras Ulises se entretenía con los cantos de sirenas.
Carmela: Decisión pensada.
Helen: Así somos las mujeres. Aguantamos todo, hasta que un día ya no aguantamos nada.
Emma: Que así sea.
Guille: ¿Te acordás del poema de Simonov? Esperame que volveré. Pero esperame mucho. Me encantó el retruque a Ulises.
Ramón: No sabía si elegir el remedio o la enfermedad. Yo creo que terminó el tejido y se escapó por la ventana. Ni uno, ni otro.
Antiqva: 20 años sin aparecer, y no se preparó para el beso de bienvenida. ¿Qué es eso del olor a ajo?
Alejandro: Había que parar la olla en Itaca, querido. ¿O te crees que Telemaquito come aire? Ahora el señor se queja, pero en 20 años no se acordó de la cuota alimentaria.
Magah: Mientras ahora no venga una hilera de punto cruz, todo bien.
Pato: Un día, tejió 10 vueltas pero destejió 8. Otro día se quedó dormida y no destejió ninguna. Otra noche fue a cenar con las amigas y tampoco deshizo lo avanzado durante el día. Cuando se quiso acordar, ya no se acordaba por qué lo tenía que destejer ni a quien esperaba.
Hombre que mira: ¿Me vas a decir que con Circe no pasó nada, eh? Vaaaaaaaaamos. Se lo tenía merecido.
Patricia: No es bueno apurar el punto final. Que llegue sólo cuando tiene que llegar, sin dramatismos. Se cierra el tejido y a otra cosa.
Sí, sí, con Circe pasó algo pero esa mina era de no confiar, pa mí que lo engualichó, entonces ahí al tipo no le podemos decir nada, no sabía lo que hacía, cachás?
jajajaj...lo de ATO y Caperucita y el error de imprenta es una de las mejores cosas que he leìdooooo, jajajaj...còmo nos hubiera cambiado la historia.... Abrazos a ambos dos y al resto!
En estas tragedias se me mezclan los elementos de tejidos, destejidos, dedales, Dédalos y laberintos… no por nada después de esos banquetes retóricos siempre los griegos son los terminan pagando los platos rotos.
Buena minificción, tienes cierto aire sarcástico y dramático, muy viceral pero con delicadeza, tengo que admitir que me arrancaste una sonrisa. Pasaba por tu blog de visita, me llamó la atención, te sigo. Desde mi rincón de melancolía te saludo El Peregrino
Pobre Penélope con las manos y los dedos hinchados de tanto tejer y pinchazo ¿Encontrará quien se deje acariciar por ellas? o deberá otra vez esperar el regreso del infiel.
Rob: Estaba podrida de tejer y con una aguja en la mano. Era de temer.
Ato: No voy a caer en el lobo Francelliano (a comeeeerla). Si querés después cuento la historia del cazador, que no comia ni dejaba comer.
Laura: Y cuando se decidía no la paraba ni Poseidón.
Delaygue: Dicen que Ulises también la remaba. Pero parece que en círculos.
Mirando: El viejo cuento de "me trajeron engañado". No sé, no sé. Pa' mí, sabía.
Mariposa: Todas fuimos Penélope alguna vez.
Abril: Me hiciste acordar de esa letra de Sabina: Lo peor del amor es cuando pasa, cuando al punto final de los finales, no le quedan dos puntos suspensivos.
Alice: Como deben ser los adioses.
Vagabundo: Si es punto arroz, paso. Estoy a dieta.
Magah: A mi siempre me llamó la atención la gentileza de la muchacha para con el lobo, que querés que te diga.
Jou: Que cacho de cumplido! Gracias.
Daniel: Otra que no daba puntada sin hilo era Ariadna. Parecen que en el Olimpo quería abrir una empresa textil.
Peregrino: Gracias por tus palabras. Bienvenido.
Halcón: Su cabeza la mandaba a seguir el tejido, pero los dedos y el corazón se negaban.
Aldo: Creo que después de veite años, se le hizo hábito esperar. Una pena.
Me cuesta horrores tejer ese punto final, pero hace ya tiempo que, parece, debo hacerlo. No te fíes de las sirenas, Ulises fue sabio, o quizás práctico en eso. Saludo.
Caia: Es dificilísimo. Nos damos cuenta que se nos está terminando el hilo, pero queremos tejer una vuelta más. Ulises era sabio, pero se estaba convirtiendo en un viejo verde. Se dejaba seducir por cualquier canto.
¿Cómo anda eso? ¿El fin de semana? Andás bien? espero que sí. Buen comienzo de semana si al comienzo de la semana se le puede pedir que sea bueno!!! Besos y abrazo de oso pero con cariño :)
Y fue tan placentero el alivio que sintió... Es que fueron demasiados años, no?
ResponderEliminarMe encanta cómo escribís, aunque no asomo la nariz te sigo cuando puedo desde el reader.
Un beso
Lirium:
ResponderEliminarAlgunos dirán que 20 años no es nada, pero es porque no esperan.
¡Gracias! Desde Tierra de Nadie que nos leemos ... y pasó tiempo, eh.
Uhh la época del nano-relato. Era hora Penélope! Un espera tan ex-tensa es demasiado. Un beso!
ResponderEliminarYo creo, como casi todos ya, que Penelope esperó, pero jamás dio puntada sin hilo.
ResponderEliminarDany:
ResponderEliminarSe podrá decir cualquier cosa de Penélope, menos que era EX-peditiva.
Jovenzuelo:
¿Penélope sería la famosa costurerita que dio el mal paso? Quién lo hubiera dicho.
Y sí teniendo en cuenta que Ulises cayó con un "no sabés lo que me pasó cuando volvía para acá, no me vas a creer!!" Y ahí justo ahí Penñelope achinó los ojos y dijo "Ma, sí la termino". (de cómo desstrozar La Odisea en versión argenta, se llama lo mío...)
ResponderEliminarBesos Male
dos cosas:
ResponderEliminarel título es lo mas! AMORES DE MORONDANGA! jajjaa es brillante!
y de penelope... bueno... que puedo decir si a mi hijo le puse Ulises...
;)
besos!
Hay que animarse a terminar de una vez con lo que lastima... :)
ResponderEliminarMuy bueno...! :)
Te lo voy a robar....!!!!!!
Si me das tu permiso... ;)
Hay que ver si le queda lana en el ovillo por si el tipo vuelve.
ResponderEliminarMuy bien.
ResponderEliminarMás vale tarde que nunca.
Besos.
Esperemos que no se pinchase el dedo, pues, en tal caso, tendríamos Penélope durmiente para rato. Y Ulises no es un príncipe de cuento para volver con besitos desencantadores.
ResponderEliminarBesos, compañerita.
Decidió que era el momento.
ResponderEliminarBesos.
La paciencia de Penélope era infinita, hasta que dejó de serlo.
ResponderEliminarLas cosas son así: son hasta que dejan de serlo.
AMÉN
ResponderEliminarALELUYA
y todos los agradecimientos juntos...!
¿De verdad existe alguién que piensa que le esperaran veinte años?
ResponderEliminarAprovechando el "...no sabés lo que me pasó cuando volvía para acá, no me vas a creer!!"
Penelope le contestó: "Te creo querido, mira estos son tus siete hijos nuevos"
Difícil decisión. O esperaba a un marido que la abandonó para correrse una aventura por el mundo desconocido, o cedía ante los babosos pretendientes que la atosigaban cada día con requiebros de futuro.
ResponderEliminarNo querría estar en la piel de Penélope.
Luego, una semana despues, llegó Ulises, tras la parranda aquella de Troya...
ResponderEliminarNadie lo reconoció... Ni siquiera el perro, ya que aquella mañana Ulises habia desayunado tostadas con ajo y mantequilla y el animal, envuelto en los vapores del ajo, no llego a captar siquiera el olor de su antiguo amo.
Por eso Ulises volvió a embarcarse y encamino su nave a las costas africanas, en las que conoceria a Dido, reina de Cartago, con la que viviria un romanca apasionado...
O fue Eneas...?
Uf, que lío...
Un abrazo, Malena
Así que tu noviete Antínoo no solo casi me limpia al nene, sino que me toma el vino y hace asados con los amigotes?
ResponderEliminarQue ? Divorcio de común acuerdo?
Abandono del hogar?
Eumeo!!!!
Tráeme el arco!!!!
ja...dar un punto final es una muy buena manera de empezar...ahora le viene lo mejor. La vida està llena de Penèlopes de Morondanda.
ResponderEliminarBesos Male!
Y ese día empezó a curar sus dedos y vio lo bonitos que eran y les puso zapatos de cristal, el vestido para la ocasión que nunca llega, pero ese día llegó, se puso una gotita del perfume que ya no usaba, se pintó todos los ojos de rojo fuego y chau, si te he visto no me acuerdo!!!!
ResponderEliminarGenial!!!
(las esperas son odiosas, cuando logramos mandar al diablo al esperado/a, ya sea persona, cosa, sueño, trabajo o lotería uno comienza a vivir mejor!!)
Excelente mini-relato
Ya sé, y lo agarró al marinerito que Ulises no llevó porque era muy chico todavía, bah, chico... no era un nene, ya tenía sus años el pende, y le dijo:
ResponderEliminar"Pibe, esta noche no me traés una merlusa para la cena, me gusta sin espinas, eh"
Y bueno, está bien, me parece perfecto, qué tanto tejer y destejer, andá a saber si el otro entre tanto viaje no se divirtió con las sirenas, porque hay que ver cómo fue la realidad.
Punto final y basta, a veces es necesario. Cada cual sabe cuándo.
ResponderEliminarExcelente hiperbreve, Malena!!!!
Un abrazo
Me has puesto tan, y tan nostálgica. Gracias, Malena!!! Bicos
ResponderEliminarSandra:
ResponderEliminarGuille te da la respuesta exacta para Ulises, jajajaja. Y Ale tiene la versión bien masculina, que es la de hacerse el ofendido. ¡¡Si Homero viviera se vuelve a morir!!
Lila:
Ya es el séptimo "Amor de morondanga". No puedo abandonar el título; me encanta.
Reina:
Tenés todo mi permiso.
Marcelo:
Siempre queda un resto en el carretel para seguir con los tejes y manejes.
Toro:
¡Ya era hora!
Miguel:
Ya la veo a la pobre Penélope dormida, mientras Ulises se entretenía con los cantos de sirenas.
Carmela:
Decisión pensada.
Helen:
Así somos las mujeres. Aguantamos todo, hasta que un día ya no aguantamos nada.
Emma:
Que así sea.
Guille:
¿Te acordás del poema de Simonov? Esperame que volveré. Pero esperame mucho.
Me encantó el retruque a Ulises.
Ramón:
No sabía si elegir el remedio o la enfermedad. Yo creo que terminó el tejido y se escapó por la ventana. Ni uno, ni otro.
Antiqva:
20 años sin aparecer, y no se preparó para el beso de bienvenida. ¿Qué es eso del olor a ajo?
Alejandro:
Había que parar la olla en Itaca, querido. ¿O te crees que Telemaquito come aire? Ahora el señor se queja, pero en 20 años no se acordó de la cuota alimentaria.
Magah:
Mientras ahora no venga una hilera de punto cruz, todo bien.
Pato:
Un día, tejió 10 vueltas pero destejió 8. Otro día se quedó dormida y no destejió ninguna. Otra noche fue a cenar con las amigas y tampoco deshizo lo avanzado durante el día. Cuando se quiso acordar, ya no se acordaba por qué lo tenía que destejer ni a quien esperaba.
Hombre que mira:
¿Me vas a decir que con Circe no pasó nada, eh? Vaaaaaaaaamos.
Se lo tenía merecido.
Patricia:
No es bueno apurar el punto final. Que llegue sólo cuando tiene que llegar, sin dramatismos. Se cierra el tejido y a otra cosa.
Vera:
ResponderEliminarDe nada. Ahora aprovechá la nostalgia para escribir alguna de esas bellezas a las que nos tenés acostumbrados.
Una mujer de agujas tomar, esa espartana.
ResponderEliminarTejiendo o cociendo? No será como el chiste de Caperucita, que todos pensaban que se la había comido el Lobo y resultó ser un error de imprenta...
ResponderEliminarclap...clap...clap... bien por ella, tardó un poco pero al final hizo lo que debía
ResponderEliminarEs toda una odisea cuando uno solo debe tejer lo de los dos. Hermoso micro. Saludos!
ResponderEliminarSí, sí, con Circe pasó algo pero esa mina era de no confiar, pa mí que lo engualichó, entonces ahí al tipo no le podemos decir nada, no sabía lo que hacía, cachás?
ResponderEliminarY seguro que ese punto fue el mejor! Me encantó! Quien no se sintió en la piel de Penelope alguna vez esperando y tejiendo? Besos Malena!
ResponderEliminarNi hablar.
ResponderEliminarEl único problema con estos punto y aparte es que a veces se pierden.
Y no eran tan aparte. Apenas punto seguido.
En fin. De los misterios de la vida y el... ¿amor? (de morondanga, verdad)
Breve y contundente. ¡Genial!
ResponderEliminarPunto Cruz.
ResponderEliminarjajajaj...lo de ATO y Caperucita y el error de imprenta es una de las mejores cosas que he leìdooooo, jajajaj...còmo nos hubiera cambiado la historia....
ResponderEliminarAbrazos a ambos dos y al resto!
Un micro entre Serrat y Gardel.
ResponderEliminarUn saludo.
En estas tragedias se me mezclan los elementos de tejidos, destejidos, dedales, Dédalos y laberintos… no por nada después de esos banquetes retóricos siempre los griegos son los terminan pagando los platos rotos.
ResponderEliminarBesos olímpicos,
D.
Buena minificción, tienes cierto aire sarcástico y dramático, muy viceral pero con delicadeza, tengo que admitir que me arrancaste una sonrisa.
ResponderEliminarPasaba por tu blog de visita, me llamó la atención, te sigo.
Desde mi rincón de melancolía te saludo
El Peregrino
Solo Penélope pudo trenzar, destrenzar y esperar. Un resumen magnífico. Sangre en los dedos y en el corazón.
ResponderEliminarUn abrazo Malena.
Pobre Penélope con las manos y los dedos hinchados de tanto tejer y pinchazo ¿Encontrará quien se deje acariciar por ellas? o deberá otra vez esperar el regreso del infiel.
ResponderEliminarMalena, me dejas pensando en miles de cosas. Tal vez porque hace poco pensé que cerraba una etapa de mi vida, ya era hora de dejar de tejer, besos
ResponderEliminarme gusta mucho tu post
Rob:
ResponderEliminarEstaba podrida de tejer y con una aguja en la mano. Era de temer.
Ato:
No voy a caer en el lobo Francelliano (a comeeeerla). Si querés después cuento la historia del cazador, que no comia ni dejaba comer.
Laura:
Y cuando se decidía no la paraba ni Poseidón.
Delaygue:
Dicen que Ulises también la remaba. Pero parece que en círculos.
Mirando:
El viejo cuento de "me trajeron engañado". No sé, no sé. Pa' mí, sabía.
Mariposa:
Todas fuimos Penélope alguna vez.
Abril:
Me hiciste acordar de esa letra de Sabina: Lo peor del amor es cuando pasa, cuando al punto final de los finales, no le quedan dos puntos suspensivos.
Alice:
Como deben ser los adioses.
Vagabundo:
Si es punto arroz, paso. Estoy a dieta.
Magah:
A mi siempre me llamó la atención la gentileza de la muchacha para con el lobo, que querés que te diga.
Jou:
Que cacho de cumplido! Gracias.
Daniel:
Otra que no daba puntada sin hilo era Ariadna. Parecen que en el Olimpo quería abrir una empresa textil.
Peregrino:
Gracias por tus palabras. Bienvenido.
Halcón:
Su cabeza la mandaba a seguir el tejido, pero los dedos y el corazón se negaban.
Aldo:
Creo que después de veite años, se le hizo hábito esperar. Una pena.
Mixha:
ResponderEliminarHay momentos en que tenemos que elegir entre enredarnos con los hilos o cortarlos de una vez, pero seguir tejiendo se hace imposible.
Para que solo ponía cara de Penelope en el día. El punto lo tenia por las noches, así se tejía la historia...
ResponderEliminarPorque no?
Para, (coma)
ResponderEliminarje.
Punto y banca.
ResponderEliminar¡¡Que de algo tenía que vivir la pobre mina!! Jajajajaja.
A veces en la vida necesitamos tomar una decisión.
ResponderEliminarfeliz fin de semana.
Me cuesta horrores tejer ese punto final, pero hace ya tiempo que, parece, debo hacerlo. No te fíes de las sirenas, Ulises fue sabio, o quizás práctico en eso. Saludo.
ResponderEliminarRicardo:
ResponderEliminarTal cual. Buen fin de semana.
Caia:
Es dificilísimo. Nos damos cuenta que se nos está terminando el hilo, pero queremos tejer una vuelta más.
Ulises era sabio, pero se estaba convirtiendo en un viejo verde. Se dejaba seducir por cualquier canto.
¿Cómo anda eso?
ResponderEliminar¿El fin de semana?
Andás bien?
espero que sí. Buen comienzo de semana si al comienzo de la semana se le puede pedir que sea bueno!!!
Besos y abrazo de oso pero con cariño :)
Y es que en la mayoría de los casos el que espera desespera.
ResponderEliminarUn placer leerte -como siempre-