Se podía palpar la humedad.
Se percibía en el ambiente, mezclada con tu perfume.
Cálida, espesa, casi pesada.
Y vos la disfrutabas.
Sabías sumergirte y naufragar en ella.
Resistías con arte el oleaje que a veces la invadía.
Y te quedabas ahi
hasta el final
en que se convertía en lluvia.
Si que la disfrutaba.
ResponderEliminarLa paciencia tiene premio.
Besos.
Las humedades hay que combatirlas con fuego...tal vez mejor que combatirlas sería mejor decir...saciarlas
ResponderEliminarHermosamente sensual...
ResponderEliminarHay gente que en la lluvia se maneja como pez en el agua.
ResponderEliminarDiluvio y llanto,
dos maneras del agua
de ser lo mismo.
Besos con presagio de desmejorando por la tarde.
Toro salvaje:
ResponderEliminarNo hay nada mejor que disfrutar los dulces frutos de la paciencia.
Arkangel:
Agua y fuego como complementos, no como opuestos. Tenés toda la razón.
Marcelo:
Muchas gracias.
Carlos:
"Sobre tu espalda
dibujo inmensidades
de mansa lluvia."
Besos con alerta meteorológico.
Me dejaste los ojos llenos de humedad, y vuelta a empezar en miniatura.
ResponderEliminarVolvamos a empezar. Todavía hay nubes en el horizonte.
ResponderEliminar