Te fuiste hace unos meses.
Era verano.
Pusiste mucho cuidado en no olvidarte nada; revisaste varias veces los cajones, el botiquín del baño, la alacena. No quedó ni tu ropa, ni tus zapatos, ni tus libros, ni siquiera tu olor.
Después de algunos días y sin que lo buscara lo encontré en un rincón del dormitorio acurrucado: habías dejado tu amor abandonado.
Para serte sincera me conmovió el pobrecito. Lo alimenté con un par de recuerdos que tenía almacenados y lo dejé dormir en el hueco que habías dejado en la almohada. Algunas noches me hacía compañía mientras escuchabamos tu música favorita.
Un par de veces pensé en llamarte para que vinieras a buscarlo.
En serio ... lo lamento, creeme.
Pero llegaste tarde.
Se murió de frío cuando llegó el invierno.
Sí, sí, a los amores pasados pasados hay que dejarlos morir de frío. Sin piedad.
ResponderEliminarMuy bueno.
Que sea con suerte.
Un saludo.
Hay que dejarlos morir de olvido!
ResponderEliminarQue honor tenerlo como mi primer comentarista.
Caramba, al menos zafó de los regimenes de visita, los arreglos vacacionales y la tenencia semana por medio.
ResponderEliminarSeguro iba a incumplir. Imaginate que ni me preguntó si había gastado mucho en alimentarlo.
ResponderEliminarque lindo que está escrito...(si esto no es poesia la poesia donde está?...jaja)chuic
ResponderEliminarAmiga, este texto es bellisimo... Llega al alma...
ResponderEliminarUn abrazo, Malena... Verás es que estuve trasteando un poco por aqui...
Así que así empezaste... con una frase final de las que se quedan zumbando en las entendederas.
ResponderEliminarEres genial.
Besos calentitos.
Simplemente, otro abrazo...
ResponderEliminarAcabo de terminar de leer todos, todos los post de tu blog. Desde el ùltimo hasta èste.
ResponderEliminarMe hiciste reír y pensar. En pocos renglones decìs mucho.
Un abrazo grande de una fan :)
Me ha gustado esta triste historia. Espero se repita sobre los amores que no valen la pena en la vida.
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